Como cada una de las obras que llevan la firma de Carlos Gorostiza, El alma de papá estrenará mañana en Rosario respaldada no sólo por esa garantía, sino además por la presencia de un elenco que, escapándole a las estrellas fugaces, es tentador en sí mismo. Porque a la experiencia de Juan Manuel Tenuta y Mabel Manzotti se suma la presencia de dos actores sólidos como Eduardo Blanco y Javier Lombardo. El cuarteto es el que construye una trama centrada en las relaciones, según destacó Blanco en su diálogo con Rosario/12, en el que adelantó la llegada de la puesta al Teatro Broadway de San Lorenzo 1223, donde brindará una única función desde las 20.

"La obra habla básicamente de los vínculos afectivos. Creo que habla de eso y lo hace con mucho humor, y con una mirada aguda sobre las relaciones. Es una obra conmovedora, emocionante y a la vez muy divertida", precisó el actor de El hijo de la novia y Luna de Avellaneda, films que lo tuvieron como destacado coprotagonista. Mientras tanto, en relación a los géneros por los cuales transita la puesta, completó: "Creo que el humor siempre sirve como vehículo para la vida. Uno puede vivir cualquier situación de la vida que, con humor, esa situación sea buena o mala es más llevadera y mucho mejor de tolerar. Pero no es que el humor está puesto aquí para tolerar, porque de hecho la gente es la que se ríe, pero los personajes transcurren sobre otro plano. No es que saben que están haciendo humor. Realmente no sé si fue el objetivo de Carlos poner al humor para catalizar, pero me imagino que surge por las situaciones mismas".

Ya en relación a las particularidades de su rol dentro del espectáculo, Blanco explicó: "Mi personaje es un hijo que, si querés, durante la obra tiene un viaje emotivo en la despedida de su padre. Dicho así puede parecer un drama tremendo, pero como decía antes la pieza tiene humor. Me parece que lo que le pasa a este hijo es tratar de reparar el vínculo con su padre, aunque no sé si reparar es la palabra. Creo que más que nada es poder despedirse. Lo que pasa es que contar la obra desmerece la pluma de Gorostiza. Que yo la cuente, al menos, desmerece su pluma. En realidad me parece que está bueno que la obra echa una mirada sobre los vínculos afectivos. Pero prefiero que la gente vea la obra y tome eso desde la pluma de Gorostiza".

Convertido en los últimos años en una figura requerida dentro del cine y la televisión nacionales, Blanco sin embargo vincula su formación con lo teatral, área a la que se siente estrechamente ligado. "Mi primer encuentro con esto fue a partir del teatro, y el teatro da algo que no tiene el cine o la televisión, que es la adrenalina del aquí y ahora, de lo que está sucediendo ahí y no se puede modificar. Un cuento como el que contamos puede contarse en cine, televisión o teatro, y puede parecer lo mismo pero la experiencia del actor en teatro tiene ingredientes que ninguno de los otros dos elementos tiene".