Los títulos para la gran pantalla tienen un plato fuerte, al reunir en La gran apuesta a Christian Bale, Ryan Gosling, Steve Carrell y Brad Pitt: cuatro tipos fuera del sistema que descubren que los grandes bancos, los medios de comunicación y el gobierno, niegan el colapso de la economía. Es 2008 y la crisis que se avecina es terrible. Así que deciden arriesgar sus inversiones para que, inevitablemente, sean llevados por el camino oscuro de la banca moderna. El éxito de los cuatro dependerá del fracaso y la miseria de muchos. La dirige Adam McKay y, según sus declaraciones, dijo sentirse impelido a filmar esta historia. Algunos de los intérpretes, por su parte, no han dudado en situar a los personajes en el lugar de antihéroes.

Por otro lado, el cine francés está presente con El precio de un hombre, de Stéphane Brizé. Tuvo paso y premio en el último Festival de Cannes. Su temática rebota con la del título previo, ya que narra la historia de Thierry (Vincent Lindon, uno de los rostros importantes del cine francés, el mismo de Betty Blue y La escuela de la carne), un hombre de 51 años, desempleado desde hace un tiempo. Frente a una oportunidad, tendrá que debatirse consigo mismo: ¿puede aceptar cualquier cosa con el propósito de mantener su trabajo? La película ha sido emparentada con el cine de Laurent Cantet y los hermanos Dardenne.

El cine argentino viene de la mano de Resurrección. La dirige Gonzalo Calzada, ya con experiencia en el cine de género: La plegaria del vidente y Valdemar son algunos de sus títulos. Resurrección está ambientada en el marco de la epidemia de fiebre amarilla que azotó la Ciudad de Buenos Aires en 1871. El personaje principal es un joven sacerdote que, impulsado por una visión mística, se dirige a la capital para asistir a las víctimas y enfermos. Kilómetros antes, se detiene en la quinta de su familia, encuentra a todos los habitantes infectados y a la casa en estado de abandono. Protagonizan Martín Slipak, Patricio Contreras, Vando Villamil, Adrián Navarro, Ana Fontán.

Finalmente, los más chicos (y no tanto) tienen cita de lujo con Snoopy y Charlie Brown, una de las mejores historietas de todos los tiempos, creada por Charles Schulz. Luego de quince años de no aparecer en la gran pantalla, esta nueva incursión fílmica significa el debut en la tecnología digital. El inquieto niño Charlie Brown vuelve a sus andanzas a la par de su famosísimo perrito Snoopy. También junto a la usual pandilla de amiguitos, que componen esa variopinta muestra maestra, de un mundo infantil-adulto, que Quino reelaborara en Mafalda. Será curioso ver cómo contrasta el tono reflexivo, a veces bucólico, de estas historias con las que significan la mayoría de películas animadas de la época. La dirige Steve Martino.