Hoy a partir de las 20 y hasta la medianoche, en la terraza de un espacio colectivo de trabajo en Sarmiento 1570, tendrá lugar la tercera función de Caza Teatro. Este nuevo proyecto interdisciplinario se propone irrumpir en lugares privados, por fuera de los ámbitos convencionales del teatro y la cultura, usando lo que haya en el lugar. Ni centro cultural ni teatro, la terraza es compartida por los distintos talleres y estudios de la planta alta, nucleados según la lógica del coworking bajo un nombre común: Fauna. Allí una inquietante troupe se expresará en una pileta inflable, un parrillero, un mural colectivo, un altillo y dos vistas enrejadas a los espacios de abajo.

"Creamos a partir de distintos lenguajes artísticos un espectáculo que envuelve al espectador", anticipa Malén Meazza, directora. Oriunda de Aluminé e integrante del grupo Dedoenelojo, Meazza puso su casa en el barrio Luis Agote a disposición de las primeras dos funciones, en diciembre del año pasado y enero de este año. "Caza teatro propone un corrimiento de la convención teatral --dijo--. Se aleja del teatro como institución e invade casas. Articula las disciplinas del site specific, de la música, el cine, la danza, la literatura, el dibujo, la arquitectura. El factor sorpresa hace que el público jamás esté cómodo, haciendo un recorrido por la 'casa tomada' donde se topará con intérpretes que arrasan, confunden, interpelan".

Pero la incomodidad no excluye el placer de comer, beber o tomar aire. Incómodos pero mimados por los anfitriones, los espectadores se tendrán que mover entre una serie sucesiva de atracciones que como números de varieté arman un collage del desasosiego generacional. Haciendo interactuar su (joven) cuerpo con algún objeto específico de la terraza, cada actor dice un monólogo; el espectáculo se abre y se cierra con solos de danza contemporánea, música y proyecciones.

Nadia Grisetti abre el juego con un poético soliloquio narrativo de danza butoh que se va desplegando en una sola pieza con la música en vivo de Ese Beat. Cierra Elisa Pereyra bailando flying low al son de un mash up de una canción del grupo punk PIL y un tema de Sonic Youth. Boya interactuará con ella, la música y el mural. Otros dos artistas invitados a crear proyecciones son Facundo Kaminsky, de Mala Frame (productora audiovisual que tiene su sede en Fauna) y el reconocido historietista, pintor y performer Max Cachimba, presentes como espectadores que seguían craneando sus ideas en el ensayo al que asistió esta cronista el martes.

Allí se pudo ver y oír a Aylin Acuña proferir un texto crudo y conmovedor de Arístides Vargas. Y a Georgina Guareschi poniendo el cuerpo a un poema donde Rodrigo García asume la voz de una arquitecta cuya obsesión con los edificios de altura récord disimula mal sus ganas de tirarse desde uno. Lo que sí amaga hacer Romina Bozzini, quien cadenciosamente (y a la par de la música por Esteban Bozzini) interpreta textos de Alejandra Pizarnik mientras amaga ahogarse en una pileta con su vestido de novia o se para en la baranda de la terraza como a punto de arrojarse al vacío, acciones muy coherentes con el vértigo y el riesgo de la poeta.

Luego Mauro Lemaire interpreta atléticamente un relato de Sebastián Defeo y Federico De Battista copa el parrillero en una puesta expresionista de otro poema de Rodrigo García; Julia Tarditti aterroriza desde la penumbra con un texto de Alejandro Urdapilleta. En la asistencia técnica está Marisol Pérez Cortés y en vestuario los asistió Anita Q, estudio de diseño que forma parte del espacio Fauna.

Aunados por un seminario de Ana Alvarado, que integra el teatro Periférico de Objetos y vino a Rosario convocada por Dedo en el Ojo, los actores y la directora comparten una formación común en la Escuela de Teatro de Rosario y pasaron por muy diversos talleres.