Sábado, 27 de febrero de 2016 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › MUSICA. SE PRESENTA EN ROSARIO EL DISCO RELOJEROS (YA NO QUEDAN)
Ernesto Jodos regresará a la ciudad para recorrer la obra que registró junto a Rodrigo Domínguez, Sergio Verdinelli y el español Javier Moreno. "Cuando tocás con gente con la que tenés confianza es más fácil tomar riesgos", asegura.
Por Edgardo Pérez Castillo
Tres años atrás, de paso por la Argentina el contrabajista español Javier Moreno contactó al pianista Ernesto Jodos para compartir algunos toques. A medida que los viajes se reiteraban y las estadías se tornaban más prolongadas, la dupla fue profundizando un vínculo musical que terminó de establecerse cuando, en la última visita de Moreno (que se extendió por ocho meses), el baterista Sergio Verdinelli y el saxofonista Rodrigo Domínguez completaron la formación de cuarteto que terminaría registrando Relojeros (ya no quedan), disco editado por BlueArt que esta noche, a las 21.30, tendrá su presentación formal en el Teatro Príncipe de Asturias del Centro Cultural Parque de España (Sarmiento y el río).
En Relojeros los cuatro integrantes aportan obras de su autoría (a las que se suma, además, un arreglo de Moreno sobre "Black is the colour", apertura del disco Folk songs del italiano Luciano Berio). Y si bien en cada una es posible trazar puntos de contacto con algunos rasgos característicos de cada autor (la natural búsqueda melódica de Domínguez, la potente imprevisibilidad de Jodos), el cuarteto logra una homogeneidad que, según admite el pianista, fue uno de los disparadores del registro. "Las afinidades musicales en cuanto a gustos y direcciones a tomar en el momento de tocar son muchas. Y también el aporte personal de donde viene cada uno. Justamente la homogeneidad que percibís hizo que querramos hacer este proyecto", reconoce Jodos a Rosario/12.
El año pasado, en una entrevista con Radar con motivo del lanzamiento de tu último disco de solo piano (Actividades constructivas), te referías acerca del efecto que la música provoca en la gente, mencionabas como límite al "swing feeling" del jazz y remarcabas que no importa mucho si algo es o no es jazz. En definitiva, ¿qué puede entenderse hoy por la definición de "jazz"?
- Bueno, es una palabra que está bastante complicada... Desde siempre, a muchos músicos no les gustó la palabra jazz. Desde Duke Ellington a Miles Davis, a Mingus, de repente era gente que no gustaba de esa palabra. Ahora creo que abarca una cantidad de música muy, muy grande, y si bien hay definiciones de un lado y de otro, para mí es una música que tiene algún tipo de conexión con la tradición jazzística, en relación a cómo se relacionan los músicos al improvisar, y ciertas habilidades que tienen de poder tocar en determinados contextos. Y que contiene un alto grado de improvisación. En este caso, al menos, no hacemos música totalmente improvisada, porque hay composiciones, pero es una música que tiene un alto grado de improvisación. Cuando me gusta más el jazz es cuando tiene ese sentido de riesgo, de improvisación. Y algún tipo de reminiscencia a como funciona la música del jazz más tradicional.
- En relación al riesgo, en algunos de tus proyectos hay un mayor margen para la improvisación, como se da obviamente en el caso de los discos de solo piano.
- Totalmente. Pero asimismo varían entre tema y tema de los discos, eso es algo movible. El asunto es que no se quede de un lado muy estricto todo el tiempo. O muy previsible.
- Viendo el recorrido por tu obra, que vas trazando tanto disco a disco como con distintos proyectos, está claro que el riesgo también está dado por no quedar atado a una misma formación, a una misma sociedad musical. Empieza a ser una constante esto de preguntarse con qué vendrás en un próximo concierto. De hecho, hace un par de semanas te presentaste en Rosario con una formación de trío.
- Sí, con los rosarinos (NdR: Franco Di Renzo y Luciano Ruggieri). Bueno, eso para mí es algo de lo lindo que tiene esta música, poder tocar con gente con la que tocás mucho y ya sabés un montón de cosas. Y también tocar con gente con la que no tocás muy seguido y te sorprende. Igual a través de los años, si bien tengo discos con muchas formaciones distintas, hay algunos músicos que están ahí siempre, como en el caso de Sergio Verdinelli. Y con Rodrigo hace mucho que tocamos, yo toqué en varios de sus discos y él tocó en muchos de mis proyectos, aunque no estén grabados. Entonces si bien no son formaciones que duran muchos años, hay un grupo de gente con la que suelo hacer las cosas. Eso en general nos pasa a todos, seremos unas diez personas con las que sentimos más afinidad. Y después está bueno cuando aparece alguien nuevo. Entonces, cuando tocás con gente con la que tenés más confianza ya es un poquito más fácil tomar riesgos. Sabés que podés confiar en ellos. Hay una red de contención musical y, también, humana.
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