Durante cuatro días de octubre, en 2014, el trío Imaginarios tomó como sede de operaciones una casa de Funes para registrar, en formato directo, la docena de canciones incluidas en Revelársele, su segundo disco. Luego de un proceso de investigación y búsqueda que les permitió amoldar esa locación al sonido deseado, y sumando para ello a la labor de Lorenzo Leto en los controles, el proyecto que integran Julián Rossi (guitarras, teclados y voz), Andrés Gonnella (bajo) y Fernando Gulisano (batería y percusión) concretó así una obra en la que profundizan un camino estético que apuesta a la equilibrada convivencia de canciones eléctricas, de potencia rockera, y otras de espíritu despojado y folklórico.

Y aún cuando no se trata de una convivencia inédita, la coexistencia equilibrada de esos dos formatos en un mismo disco es aquí una característica auténticamente distintiva. Así lo admite Gonnella, que anticipa: "En este disco creo que se nota más que en el anterior la diferencia entre algunas canciones con batería, guitarra eléctrica, con un sonido fuerte y letras más viscerales; y por el otro lado canciones más minimales, folklóricas". "Es una búsqueda que ya nos había entusiasmado en el primer disco --agrega por su parte el cantante y compositor--. Y consideramos que el sonido, lo acústico y lo eléctrico, podían ayudar a diferenciar los temas. Trabajamos mucho para que el sonido tuviera esa identidad".

Dos videos registrados durante la grabación del disco --alojados en el canal de Youtube del grupo: www.youtube.com/user/imaginariosmusica-- se ofrecen como muestra explícita de las dos líneas estéticas que conviven en Imaginarios, que por estos días va cerrando el proceso de masterización de un disco que obtuvo para ello un subsidio del Instituto Nacional de la Música, concurso mediante, y que buscará concretar la edición física de su obra.

"El disco implica un concepto real, es el registro de un momento, de lo que sucedía y nos pasaba a nosotros --distingue en ese sentido Rossi--. El disco sigue siendo esa búsqueda, dentro de un concepto en el que intentamos llevar a cabo una idea. Algunas letras de las canciones ayudaron a éso, porque algunas son más viscerales y otras más literarias, surrealistas, más tranquilas en su llegada".

"Eso ayudó a la hora de armar la trama, de ordenar la escucha para plantear un camino un poco sinuoso --completa el bajista--. Hay momentos en los que vamos para arriba, en otros bajamos. Quien escuche el disco no se va a quedar con una única sensación. Es algo que charlamos bastante, para generar un camino variado".

Esta noche, a las 21.30, ese camino se desandará en el Gran Salón de Plataforma Lavardén (Mendoza 1085, quinto piso), donde el trío sumará como invitados a Tomás Boasso (saxo), Oscar Pellegrini (saxo y flauta traversa) y Emiliano Rossi (piano) --quienes también participaron del disco--, más Sabrina Galimberti (teclados y percusión), Renzo Alberá (guitarra eléctrica). Según apunta Gonnella, el show marcará el cierre de una etapa extensa, y abrirá el camino a nuevas recorridas.

"Ojalá que ahora nos traiga cosas nuevas. Es un disco que va construyendo la identidad sonora del grupo", se entusiasma el bajista, mientras que Rossi amplía: "Nos encontramos también con la necesidad de expandirnos a otros lugares, de no sentirnos estancados en la ciudad, con las problemáticas con las que tenemos que lidiar todos los músicos. Entonces la idea es hacer intercambios con bandas de Buenos Aires, como Cronopios, tocar en los alrededores. Y entendiendo que no todo está en el escenario. Nos gusta proponer un recital con todos nuestros instrumentos, que todo suene lo mejor posible, pero la música también está en otras partes. Hay que tratar de estar ahí para ampliar el sentido del arte, de la música. Pensando la función del músico y qué es lo que podemos hacer hoy en día".