Un barrio de Rosario, en un tiempo histórico indefinido, es el marco donde transcurre la nueva apuesta operística de Nelson Coccalotto, impulsor de un proyecto que incluirá la interpretación de Cavalleria Rusticana e Iluminadas, propuesta que reunirá a cantantes "de las más reconocidas de Rosario", según distingue el propio Coccalotto horas antes del último ensayo general del espectáculo que esta noche, a las 20.30, tendrá su estreno en el Teatro El Círculo de Laprida y Mendoza.

Responsable de la puesta en escena de óperas como Don Carlo e Il Trovatore de Verdi, Coccalotto volvió a diseñar un espectáculo de alto vuelo, que incluye la participación de 40 músicos y 60 coreutas, además de un importante despliegue lumínico, escenográfico y de vestuario. En esta oportunidad, la particularidad estará dada además por la convivencia de un repertorio operístico clásico (con una Cavalleria Rusticana que contará con las voces solistas de Anabella Carnevali interpretando a Santuzza, Fernando Chalabe como Turiddu y Leonardo López Linares en el papel de Alfio, y la presencia de Marcelo Pozo como director de orquesta) con un segundo segmento de raigambre popular. "Para esa segunda parte elegimos a cantantes como Victoria Escudero, una chica que viene de la música tropical, que va a hacer un tema muy lindo, 'Júrame', de manera sinfónica. También van a estar Aldana Moriconi, Myriam Cubelos haciendo folklore, Ethel Koffman, Roxana Huergo, Evelina Sanzo, Graciela Mozzoni y Cecilia Petrocelli, que va a cantar 'Honrar la vida' y va a hacer además un personaje, un arlequín que va presentando la obra", adelantó Coccalotto.

Esa combinación va en sintonía con uno de los objetivos dramáticos del espectáculo: poner la mirada sobre las diferencias sociales, apostando a achicar la brecha económica, social y cultural. En esa línea se encuadra además el concepto que el director posee respecto a la ópera, a la que busca devolver su carácter popular. "Algunas óperas son un poco más fantasiosas, pero muchas veces las historias son actuales, nos pueden suceder a cualquiera, en cualquier momento. El público tiene que tener a la ópera más al alcance, lo que sucede es que no lo conoce. A veces se pregunta qué tan popular es la ópera, y si te ponés a pensar, a Cavalleria Rusticana se la conoce en Buenos Aires, Rosario, Tokyo, Londres, en cualquier lugar del mundo. Sin embargo algo folklórico, que es un género que respeto muchísimo y que vamos a hacer en esta función, es difícil que se conozca en otro lado. La ópera es muy universal, muy del pueblo", explica.

Y agrega: "¿Quién no conoce un brindis de Traviata? Viví mucho tiempo en Europa, y también en Buenos Aires, y la gente participa de estas propuestas. En Buenos Aires vi mucha más gente en la Avenida 9 de Julio viendo los conciertos de Pavarotti que en los de Soda Stereo, y yo fui a los dos porque los dos me encantan. Creo que es un error que la ópera o la música clásica sean para una elite, que no estén al alcance del pueblo. Lo que deberíamos hacer es achicar esas clases sociales, que de eso se trata esta puesta, no distanciar tanto al pobre del rico, al culto del inculto, tratar de achicar esa brecha. La música tiene que servir para acercarnos, para darnos comprensión. Y, principalmente, para hacernos entender que el arte no es perfecto, es algo imperfecto".

El doble programa que esta noche se llevará a cabo en El Círculo evidencia el impulso autogestivo de Coccalotto y su equipo de trabajo, que para este nuevo proyecto sumó el respaldo de la diputada provincial Claudia Giaccone. "Se necesita alguien que apueste un poquito a la cultura, porque es muy difícil", advierte el director, que remarca la ausencia de apoyo estatal para proyectos de este tipo: "La ópera es un espectáculo que nace desde lo popular. Aporta muchísimo a lo espiritual e intelectual. En la ópera se funden muchas expresiones, tenemos sinfonía, ballet, pintura, actores. Es el arte donde se funden todas las artes. Sería muy bueno que desde el Estado se nos apoye un poco más".