El pasado viernes, en el Centro de Expresiones Contemporáneas se inauguró La ciudad rebelde, muestra que propone una generosa recorrida por medio siglo de rock en Rosario. Entre los impulsores de la exposición se encuentra Norberto Ramos, protagonista directo de buena parte de ese extenso historial como baterista de Oasis, banda fundada en 1973 y que, desde entonces, sostuvo su trajinar rockero. De hecho, mañana a las 21 será el Teatro Empleados de Comercio (Corrientes 450) el que aloje al grupo para el estreno de Más allá de los sueños, nuevo hito de un proyecto que ha dedicado toda una vida al rock.

Y es ésta la quinta producción discográfica del grupo que, en cassette y entre 1980 y 1983, había publicado Oasis, A todo rock y 10 años de rock. Luego de esa trilogía inicial, debieron pasar 22 años para la reaparición en bateas con Pasado y presente, de 2005, y Somos de Rocksario, publicado en 2009. "Después de ese disco pasaron un par de años sin que se compusiera nada. Pero tampoco había obligación ni presión por componer", distingue hoy, y con nueva obra en mano, Norberto Ramos, fundador del proyecto junto a Juan Ramos (bajo) y Omar Núñez (guitarra), a quienes en 1979 se sumaría el cantante Reynaldo Zambrano. En 2004, el cuarteto incorporaría al guitarrista Leandro Núñez, completando desde entonces un quinteto que suma la asistencia de Héctor "Jito" Incio como sexto integrante.

Después de un período prolongado dedicado a la presentación en vivo de Somos de Rocksario, los Oasis comenzaron a moldear las composiciones reunidas ahora en Más allá de los sueños, disco que comenzaron a registrar a mediados de 2014 y en el que remarcan su vínculo con un rock directo, potente, y acercamientos firmes al blues. "Creo que con este disco logramos, o quedamos cerca, lo que quiere toda banda: que suene como uno suena en vivo. Por éso llevó mucho trabajo en cuanto a sonido, arreglos, todo lo que lleva el proceso de grabación. Pero es un disco que hicimos sin presión", grafica el baterista.

El extenso recorrido de Oasis queda reflejado en canciones como "Mis amigos" ("Miremos a través del tiempo/ la historia de la verdad/ hace tanto tiempo/ que ponemos todo por tocar"), y el propio correr del calendario en otras como "Amor sexagenario", en un disco que también esboza su mirada social ("Código", "Así estamos" o "El partido").

"Verdaderamente hay temas que hablan sobre lo que ha pasado, hablamos de los amigos, de lo que nos ha pasado personalmente a cada uno en estos últimos tiempos. Todo eso está volcado en las letras", admite Ramos, que a partir de su vasto recorrido se permite un análisis sobre el rock en la ciudad: "En estos momentos en Rosario hay una variedad estilística impresionante. También tenés grupos que dicen hacer rock, pero que para nosotros no lo es. Si hacen algo que se parece a una cumbia, es cumbia, no hay vuelta que darle. Ahora, que me la quieras vender dentro de un festival de rock eso es otra historia. Sé que los organizadores tienen que vender entradas y llevar gente, pero ojalá se deje de mentirle a los chicos. Pero ellos también son inteligentes y se dan cuenta qué es rock y qué no lo es. Hay millones de bandas, pero de rock, con lo que la palabra implica... eso es otra historia".