Como jugando plácidamente en esa imaginaria frontera que separa a la música culta de la de origen popular (términos que cargan en sí mismos numerosas complejidades al momento de establecer una definición precisa) en Canto que viene, su flamante disco debut, Alejandra Manzur logra reunir al folclore latinoamericano con pasajes de un claro corte clasicista. Evidenciando una formación académica que la descubre como Licenciada en Composición, la pianista, cantante y percusionista se mueve con soltura por ritmos de corte americanista, dando origen a una interesante fusión que pasado mañana, a las 21, se trasladará hasta la Biblioteca Argentina (Pasaje Alvarez 1550), en lo que será la presentación formal de su primer obra.

En ella, Manzur suele romper las formas, llevándolas en ocasiones a un deliberado límite de tensión. De hecho, la compositora juega con esa tensión, y con la atención, del que escucha, fundamentalmente a partir de repeticiones sostenidas (que tienen una suerte de punto límite en "Pasajes para flauta y piano"), o bien sorprendiendo sutilmente con cambios de rumbo dentro de algunas de sus obras. Así, los ritmos folclóricos aparecen con "Canto que viene", que parte de un formato de copla (que se retoma en "Senegami a mi padre"), para luego desarrollar líneas melódicas que escapan al género.

Mientras tanto, en una demostración de amplitud, Manzur se permite jugar con melodías algo arábicas ("La danxolidia"), o apelando a una sonoridad clásica que se presenta por primera vez en "Abrumada". Al mismo tiempo, la creadora se mueve a lo largo del disco ocupando diversos roles, logrando un espectro abarcativo desde el piano, la percusión y la voz. Y en ese abanico sonoro, los aires folclóricos son los que atraviesan mayormente la placa, ya sea desde la propia composición o bien por la selección de la instrumentación, algo que, en Manzur, es casi la misma cosa, según admitió la artista en su diálogo con Rosario/12.

"El disco no está muy centrado en un género, es un poco diverso. Que es un poco la diversidad que hay adentro mío, es la música que a mí me nace. De ahí la selección de las distintas instrumentaciones. Pero eso tal vez me viene de la composición y de la música. Tiene que ver con lo que para mí es la composición. Yo compongo una música desde un tema, y también desde los instrumentos que me parece que tienen que ver con eso. Por eso no hay un grupo estable todo el disco, ni va a haber un grupo estable todo el recital", apuntó.

En esa misma línea, Manzur agregó: "Alguna composición para mí es para voz y piano, entonces compongo para eso, la música va naciendo así, y en base a eso fui buscando los instrumentistas. No compongo para un grupo estable, a veces necesito una flauta y dos pianos, entonces busco eso. Tal vez esta cuestión de elegir los distintos instrumentos para una cosa y para otra también tiene que ver con eso, con elegir las sonoridades para cada obra. Compongo a partir de los elementos que tiene para mí el instrumento, que es parte de la música".

En ese sentido, para la presentación de su disco debut Manzur sumará a Florencia Martinucci en violonchello, a María Eugenia Prado Conti en voz y percusión y Ariel Mamani en cuatro venezolano, además de Pavlo Read (flauta traversa y percusión) y Federico Abelli (piano y percusión), quienes participaron de la grabación del material, editado de forma independiente. Dedicado "a la memoria de todos los desaparecidos en la última dictadura militar en la Argentina" ﷓﷓"Andan sus versos perdidos/ lejos de aquí/ Anda su canto escondido/ detrás de mí./ Desnudos pasan sus nombres/ buscándolos./ Y enmudecidos sus cuerpos/ tanto dolor./ Quebrada por el silencio/ nace mi voz/ Donde se vuelven los mares, océanos", canta en "Versos perdidos"-, su debut incluye como única interpretación a "La golondrina", pieza mexicana de 1860 que sin embargo se torna personal a partir del arreglo para cello y voz realizado por Manzur, que resalta como una evidencia más de que el cruce entre lo clásico y lo popular bien puede ser parte del canto que viene.