En ocasiones, es la sola distancia la que permite reencauzar rumbos descubriendo senderos olvidados. Porque a través de aquello que los argentinos denominan como melancolía y los brasileños con el indefinible (pero siempre más cool) saudade, es posible tomar perspectiva de los elementos que hacen a la propia identidad. En su caso, Marisa Monte dejó transcurrir poco menos de un año en Italia para abandonar sus estudios de canto lírico y, apenas mayor de edad, lanzarse a los bares para darle voz a la música popular brasileña. Pronto, su retorno a Brasil llegaría aparejado con críticas que la posicionaron como una de las voces más importantes de su país, y con su disco debut ("Marisa Monte") la cantante y compositora alcanzó la nada despreciable cifra de medio millón de placas vendidas.

Sin embargo, Monte no optó por un rumbo de pop vacuo e (impulsada por esas mismas raíces que brotaron durante su estadía europea) inició un proceso de composición que supo equilibrarse con una cuidada investigación musical en la que la propia historia del samba descubrió una nueva voz que le permitiera mantener vivos sus orígenes. Esa búsqueda parece no tener fin para Monte, quien durante 2006 editó dos discos en los que ratificó sus intereses. En uno, "Infinito particular" dejó correr su vena más pop, mientras que en "Universo ao meur redor" el samba late en viejas y nuevas creaciones. La combinación de ambos discos es la que nutre a Universo particular, el espectáculo con el cual la cantante debutará pasado mañana en Rosario, en un concierto que tendrá lugar a las 21 en el teatro El Círculo y que sostendrá las cualidades de los shows que ofreciera este fin de semana en Buenos Aires, y que ya la llevaran a tocar por Brasil, Europa y Estados Unidos.

Acompañada por Dadi (bajo y guitarra), Mauro Diniz (cavaquinho y guitarra), Marcelo Costa (batería y percusión), Pedro Baby (guitarra), Carlos Trilha (teclados), Maico Lopes (trompeta), Pedro Mibielli (violín), Marcus Ribeiro (cello) y Juliano Barbosa (fagot), Monte se permitirá además un abordaje a algunas de las obras que creara en Tribalistas, el proyecto que conformara junto al poeta rocker Arnaldo Antunes (vocalista de la notable Titas) y el cantante﷓percusionista Carlinhos Brown (y donde formalizara una participación compartida que tuvo una primer evidencia en su disco "Cor﷓de﷓Rosa e Carv'o"). Es que, para la artista, la coexistencia de estilos es tan natural como la combinación misma de sonoridades, según admitió en su entrevista con Rosario/12.

"Para mí la combinación suena natural. No significa que porque haga pop contemporáneo brasileño tenga que excluir ningún tipo de instrumento. Me gusta cómo suenan y me siento cómoda con cualquier instrumento. Ya sean procesadores de última generación como instrumentos acústicos tradicionales. Pienso que se combinan muy bien y en vivo brindan un lindo equilibrio", analizó.

Mientras tanto, culminada la experiencia con Tribalistas, Monte parece haber retornado a una línea de trabajo más personal. Sin embargo, la cantante explicó que sus proyectos cargan, siempre, con un carácter íntimo: "Todos mis trabajos tienen mucha intimidad, son muy personales, incluso Tribalistas. Revelan mucho de mí misma, sobre las cosas que me gustan, que quiero comunicar, explorar, clarificar. Pienso sí que estos dos discos, y también el concierto, son muy calmos, muy confortables. La mayoría de las canciones fueron hechas en un largo período en el que estaba en casa, había tenido un hijo, entonces fue un momento muy natural y confortable, y tienen esa atmósfera de confort".

Fueron varios los años que Monte aprovechó para desarrollar su última investigación, ésa que la llevó a recuperar obras que sólo estuvieran en la tradición oral. "La mayoría fueron compuestas entre 1945 y los 50, y se estaban perdiendo. Y en mis trabajos anteriores también hice ese trabajo, siempre me gustó grabar canciones que fueron conocidas en los años 20, o 30 y que se estaban perdiendo porque la juventud no estaba en contacto con ellas. Siempre me gustó hacer este puente con el pasado y traerlo a nuestro tiempo. Lo que hace que sean además canciones nuevas, porque nadie las conoce"

Y si bien la labor encuentra mucho de antropológico, la cantante se permite introducir su propia mirada a esas composiciones. "Siempre trato de crear un diálogo con mis otras canciones, con mi lenguaje, manteniendo vivas estas canciones ﷓explicó﷓. Creo que en Brasil, en Argentina, en el blues o en cualquier estilo, las canciones se pierden. En la primer mitad del Siglo XX grabar no era tan fácil como hoy en día, así que muchos compositores asombrosos nunca pudieron grabar sus canciones. Es divertido porque, en el samba, hablás con compositores que tienen ya 80 años y te cuentan que cuando componían en los 50 muchos ni siquiera tenían un grabador, así que tenían que guardar esas canciones en su memoria, el día después tenían que recordar cómo era la canción que habían hecho la noche anterior. Es muy interesante, y además muchas canciones ni siquiera están escritas en cuadernos. Incluso muchos de estos compositores ya no están vivos, así que hay que contar con sus hijos, sobrinos, vecinos o amigos que puedan recordar algunas de las cosas que esa persona compuso".

Aunque ardua, la tarea resultó placentera para Monte: "Es muy interesante, es algo que disfruto mucho porque para mí es hermoso contactarme con una forma tan inspirada de hacer música. Porque muchos de los que hacían samba a principios de siglo, supongo que también ocurrirá con el tango, no eran profesionales. Tenían otras profesiones para ganar el dinero que les permitiera vivir día a día, pero todos los fines de semana tenían encuentros de samba donde solían mostrar, comunicarles a sus amigos sus nuevas composiciones. Nunca ganaron dinero con el samba, entonces es hermoso contactarse con esa pureza en relación al arte. Hacer algo artístico solamente porque hay una necesidad auténtica de expresión, un sentimiento que tiene que ser expresado sin segundas intenciones. Eso es muy inspirador, me encanta las cosas que crearon y la manera en que se relacionaban con el arte, con la música. Eso es probablemente lo que estos monstruos tenían para enseñarle a nuestra generación, y no sólo en la música, sino en todo lo que hacemos. Es hermoso hacer algo porque es una pasión, porque debe hacerse independientemente de si vas a ganar dinero".

Además de placentera, la tarea le permitió a Monte convertirse en una suerte de justiciera artística. "Cuando hice esta investigación sabía que tenía muchas cosas por encontrar, porque antes había producido dos discos de samba tradicional, con viejos compositores, así que estuve en contacto con ellos y pude ver que había una gran cantidad de canciones que nunca habían sido grabadas, pero no tenía en mente la posibilidad de hacer un disco propio. Simplemente me generaba curiosidad, así que empecé a descubrir un repertorio que conforma la mitad del disco, porque en la otra mitad hay producción contemporánea de músicos como Adriana Calcanhotto. Así que la mitad son canciones que se estaban perdiendo y la otra mitad canciones contemporáneas, algunas de las cuales probablemente se inspiraron en la escucha de aquellas otras. Lo hice porque amo lo que ellos hicieron, soy una gran fan de esa generación, amo la manera en que se relacionaron con la música, y mi vida es mucho mejor con esas canciones dentro. Así que fui muy feliz de poder incluirlas en un disco mío, porque al grabarlas debe haber algo más que el amor por esas canciones, sino que tenés que ser capaz de cantarlas con propiedad, de hacerlas tuyas. Muchos de estos compositores son hombres, se trata de un ambiente masculino (y pienso que también en el tango), incluso en algún momento pensé que no iba a poder encontrar un viejo repertorio para mí, pero de todas maneras quería buscar ese repertorio. Y fue muy lindo estar en casa, alimentando a mi hijo, sin tener que viajar mucho, y hacer las cosas que hacía mucho que quería hacer. Una de ellas era entrevistarme con gente en búsqueda de canciones, compositores a los que era necesario hacerles justicia dando a conocer sus obras", concluyó la cantante y compositora, que pasado mañana llegará a Rosario como una fiel e innovadora representante de la música popular brasileña.