Miércoles, 4 de abril de 2007 | Hoy
El uruguayo Martín Buscaglia se presenta hoy en el CEC en el marco de un encuentro de sellos independientes y revistas culturales. "Estoy todo el tiempo buscando cosas nuevas", señaló a este diario.
Por Edgardo Pérez Castillo
Apuntado como uno de los artistas jóvenes más importantes de la música uruguaya, Martín Buscaglia sintetiza en su obra la herencia directa de creadores como Rubén Rada, Fernando Cabrera, Eduardo Mateo, Jaime Roos o los hermanos Fattoruso junto con una búsqueda personal que encuentra una de sus claves en el desprejuicio genérico. Construyendo siempre desde un interés que mucho tiene que ver con el juego, Buscaglia llegará esta noche a Rosario para recorrer las obras de su último disco, el elogiado El evangelio según mi jardinero, en un recital que servirá como número central de la "Fiesta Más tarde que nunca", encuentro que contemplará además la proyección de cortometrajes y fotografías digitales, la presentación de las revistas culturales Plan V, Boga y Atypica, y la participación de los sellos independientes Los años Luz, Estamos Felices, Ultrapop, Px Discos y Rockaway Records. Todo ello tendrá lugar desde las 22 en el Galpón 11 (a partir de que el CEC está destinado a la recepción de donaciones para los afectados por la inundación), donde Buscaglia arribará acompañado de Nicolás Mora en guitarra, Mateo Moreno en bajo y Cheche Etchenique en batería.
Será esa formación de cuarteto desde la cual Buscaglia recorrerá sus últimas creaciones como compositor, profesión que abrazó naturalmente a partir de un entorno familiar vinculado con el arte, y gracias seguramente a las amistades de sus padres, entre las que se contaban nada menos que los propios Rada, Cabrera y Mateo. Bajo ese influjo, el joven Buscaglia ligó su destino a lo creativo, según narró en su entrevista con Rosario/12: "Nunca me lo plantee mucho, siempre tenía en claro que si no era músico igual iba a escribir, filmar o esculpir. Tengo recuerdos muy vívidos siendo chiquito y percibir, disfrutar y gozar esa energía que se daba en casa. Recuerdo ver a mis viejos con amigos tocando hasta el amanecer, y que no fueran a trabajar al día siguiente para quedarse haciendo un tema o preparando un espectáculo. Tengo ese recuerdo como algo muy pletórico, muy energético, entonces no fue que un día de adolescente descubrí un disco y decidí hacer música, sino que compongo desde que tengo memoria".
-¿Las expresiones culturales eran entonces parte de sus juegos?
-Sí, sin duda. Componía sin saber tocar ningún instrumento, además escribí siempre. Sacaba un diario ultra surrealista en el colegio y en el liceo, tenía una murga... A la vez también jugaba al fútbol todo el día, tampoco es que vivía en una burbuja hippie. Pero sí lo tenía súper presente y como muy natural. Recién después de grande tomás más noción que puede parecer curioso, pero yo lo viví como que eso era para lo que estábamos, lo que se hacía.
-A partir de eso, hacerse músico profesional debe haber sido también algo natural...
-Sí, porque siempre compuse y armé cosas. Y la primera vez que toqué temas míos en vivo, ante público, fue con un trío con Eduardo Mateo, que para mí tiene las músicas más increíbles y que más me han enseñado en este mundo. Y era medio tío mío, entonces tocaron de onda con el sobrino adolescente que tenía unos temas. Eso fue la primera vez, y a partir de ahí no paré.
-En alguna entrevista hablaba de Cantacuentos (el proyecto de música para niños que lo tiene como director artístico) y lo asoció con la cuestión lúdica de los niños. ¿De sus discos, El Evangelio... es donde más presente está el juego?
-Sí. La verdad es que también tengo una real admiración y una gran influencia de todos los laburos de los surrealistas, los dadaístas, desde muy chico. La caza del Snark de Carrol es el libro que más leí en mi vida. Ellos también exploraban por ese lado, yo me acuerdo de ser chico y hacer cadáveres exquisitos y cosas así. Entonces lo lúdico siempre está presente, y aunque quiero mucho a mis otros discos (porque realmente reflejan lo que yo era en cada momento) es con este con el que siento que realmente pude sacar de adentro todo ese sonido que tenía en la cabeza. Entonces creo que lo lúdico siempre está en los otros, pero sin duda en éste se muestra más a la vista. Pero no porque sea nuevo en mí, sino porque es el disco donde pude amalgamar con más claridad todas las cosas que me interesan o me seducen.
-En su página aparece un listado de los discos que le gustaron el año pasado, y allí hay mucho de canción en formato pequeño, pero a la vez una multiplicidad de géneros.
- Sí, la verdad que eso es así y lo siento naturalmente. No es que me proponga un eclecticismo o una variedad de géneros como filosofía, sino que es lo que me sale y lo que realmente escucho. Soy extremadamente melómano y estoy todo el tiempo buscando cosas nuevas, o cosas antiguas que son nuevas para mí. Me parece bastante aburrido el dedicarse a tocar música de género.
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