CARTELERA › ENTREVISTA EXCLUSIVA A RICARDO CARUSO LOMBARDI, DT DE ÑULS
Esa es la prioridad del entrenador, quien con un particular estilo verborrágico llevó a Ñuls a ganar los partidos a dos grandes como Boca e Independiente. "Que me tilden de demagogo no me molesta", dijo.
› Por Alejo Diz
Ricardo Caruso Lombardi es un hombre de sonrisa ligera. Sonrió cuando llegó a Ñuls y lo apuntaban de "loco" por ello, sonrió tras su debut como técnico leproso ante Boca, y sonrió el domingo, luego de superar a Independiente, alegría que exteriorizó acompañando con saltos y revoleo de brazos la algarabía que bajaba de las tribunas. "No me molesta que me tilden de demagogo", acota un desprejuiciado Lombardi, en diálogo con Rosario/12. "Cuando a mi familia le dije que venía a Ñuls no entendían nada", destaca, entre risas, claro está, el carismático conductor leproso.
--¿Era sólo una cuestión anímica el problema de Ñuls?
--Me mataste con esa pregunta (risas). No, creo que la confianza que uno le da a los jugadores se transmita a los partidos. Eso tiene mucho que ver. Lo anímico influye, pero hay maneras de moverse, de trabajar. Por cómo nos manejamos, agarrando a cada jugador individualmente, les hacemos sentir cosas a las que no están acostumbrados. Pero sin los buenos resultados no se puede.
--¿En estas dos semanas se ocupó más por trabajar detalles que hacen a la conformación del plantel que a los aspectos estrictamente deportivos?
--Es que eso lleva aparejado lo otro. Si uno tiene motivados a los jugadores, ellos automáticamente van a correr, a meter, a jugar bien, y así llegarán más rápido al gol. Es un poco de todo lo que influye. Después, por ejemplo, aparecieron jugadores que no venían jugando muy seguido.
--¿Qué concepto o idea tenía antes de venir del plantel de Ñuls?
--No tenía ningún concepto, conocía a los jugadores por nombre, de haberlos visto en algún partido. Las conclusiones se sacan en la convivencia. Entre martes y miércoles de la primera semana de trabajo hicimos mucho fútbol reducido, y de ahí sacamos el equipo que jugó con Boca. Esa es la realidad.
--¿Consultó a alguien para saber cómo estaba el club?
--No, si hacía caso a los que me llamaban la verdad que no hubiese agarrado. Todos me decían que estaba loco, me preguntaban para qué iba a ir allá (por Ñuls), todo el mundo me hablaba por lo que salía en los diarios. Pero no les hice caso. Me jugué la patriada, y ahora estamos tratando de sacar al equipo a flote. Nos faltan muchos puntos para salir. Esto recién empieza, aunque por suerte comenzamos con el pie derecho. Hay que laburar bastante para salir de esta problema.
--¿Y la familia como reaccionó?
--Y se quedaron ahí, qué se yo, no entendían nada. Fue todo muy rápido, arreglamos el sábado a la noche y el domingo a la mañana estábamos viajando. Ni tiempo tuvimos para hablar mucho con la familia. Emprendimos el viaje y nada más. Si me preguntás por qué Ñubel, y te digo que porque teníamos ganas. Teníamos ganas de venir a un club como éste, que tiene mucha convocatoria, del que por ahí todos hablan mal, pero a nosotros nos tratan de maravilla. Más aún el presidente (Eduardo López), al que le pegan bastante duro, pero con nosotros es un fenómeno.
--En estos dos partidos fueron figuras del equipo dos jugadores que eran suplentes, como Cristian Ansaldi y Santiago Salcedo. ¿Por qué apostó por ellos, más que nada en el caso del defensor, que no estuvo en la consideración de ninguno de sus antecesores?
--Es que hay que mirar y dentro de mis gustos trato de buscar lo mejor para cada puesto o lugar de la cancha. Ansaldi es un jugador que se entrega, tiene dinámica, ganas de salir. Después tenemos jugadores que le pegan bien a la pelota, otros que cabecean. A Cristian (Ansaldi) lo veo un jugador completo, por eso le di confianza y por ahora está respondiente muy bien.
--En estos dos partidos hubo un Ñuls protagonista en la primera parte pero no así en la segunda etapa de cada juego. ¿Esto se debió a que el equipo sacó en ventaja en el marcador?
--No, no. Con Boca nos pasó que corrimos mucho en el primer tiempo, pero también metimos algunos contragolpes importantes. En cambio ante Independiente creo que la expulsión de Ansaldi nos condicionó mucho. Si Ansaldi estaba en cancha creo que lo liquidábamos de movida, como habíamos hablado en el entretiempo. Lamentablemente a los tres minutos lo echaron y eso nos descompaginó un poco. Nos tuvimos que manejar de otra manera y por ahí aguantando el partido, porque el equipo se cansó y a algunos jugadores les inventamos el puesto.
--El domingo se lo vio festejando el triunfo con la gente, saltando y gritando. ¿No tiene miedo de caer de demagogo?
--Mirá, me han tildado de tantas cosas que me tilden de demagogo no me molesta. Yo debo responder con trabajo y resultados, que es lo único que interesa en el fútbol. Me pueden decir de todo, que soy vende humo o verborrágico, siempre me van a buscar algo, pero la realidad es que dejamos un montón de puntos en Argentinos, un montón de puntos en Tigre y también en All Boys. La verdad está ahí. A los clubes los que más le interesa es ganar.
--¿Con qué se encontró al pegar el salto a la Primera División como entrenador?
--En el ascenso se aprenden muchas cosas. En Primera se juega más rápido y los jugadores tienen más técnica. Muchas veces en la B los jugadores no le dan tanta importancia a lo que uno le dice. Por ahí uno le marca a jugador a quién debe marcar y no lo hace porque cree que el rival no va a cabecear, en cambio en Primera con esa indicación se le cuelga del cuello al rival.
--¿Cuál es su aspiración personal?
--Primero quiero salvar al club, por la gente, sus dirigentes y los jugadores; después vemos para qué podemos estar.
--¿El bajo promedio hace todo más difícil?
--Tratamos de no pensar en eso, por eso las cosas nos están saliendo. De eso no se habla.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux