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Domingo, 31 de octubre de 2010

CARTELERA › NADIE SABE AúN QUé PASA DESPUéS DE LA MUERTE DE KIRCHNER EN EL PERONISMO SANTAFESINO.

La incertidumbre que viene tras el luto

Reutemann reapareció para el velatorio del ex presidente y algunos cuadros adeptos al ex corredor esperan que su jefe se ponga en movimiento. Las perspectivas del kirchnerismo en Santa Fe, tras el dolor de la pérdida.

 Por Pablo Feldman

Sólo un ignorante o un mal intencionado o ambas cosas a la vez puede comparar las figuras de Cristina Kirchner con la de Isabelita. Sin embargo, esa imagen se pretendió proyectar horas después de conocerse la muerte de Néstor Kirchner. Duró poco, aún los más descarados escribas defensores del monopolio se dieron cuenta ante semejante despedida popular al ex presidente que esa predica no tendría camino por recorrer. Comenzaron entonces a buscar "diferencias" dentro del kirchnerismo, como si las que hubiera y de hecho las hay fueran la ranura por la cual colar los intentos de condicionar a la presidenta para que "busque el consenso" en lo que definen como "la nueva etapa del país". Y ahí están también muchos de los dirigentes del Peronismo Federal que se acercaron al velatorio y otros que prudentemente lo siguieron por televisión. Haciendo eje en Santa Fe, lo más notorio fue la reaparición de Carlos Reutemann que se acercó a la Casa Rosada pero no a la presidenta. Su imagen fue recibida por una rechifla generalizada en la plaza que seguía las alternativas de lo que sucedía en el Salón de los Patriotas latinoamericanos. Fiel a su estilo, hablaron en su nombre por si hay que desdecirse y esta vez le tocó a la diputada Celia Arenas que dijo haber "coincidido" con el ex piloto en que comienza "otra etapa" imaginando un escenario que no definió pero que probablemente contemple la "reentrè" del Senador a la arena política.

Reutemann había decidido quedarse en su casa en 2011. Si bien no lo había expresado tajantemente, ni sus más cercanos colaboradores pensaban que otra cosa podría suceder. La muerte de Néstor Kirchner ha provocado en el reutemismo un efecto "motivador" que por lógica vergüenza nadie reconoce. Hubo ya y habrá el fin de semana reuniones de cuadros adeptos al corredor que esperan que su jefe se ponga en movimiento. Pero los que conocen de cerca al personaje saben que no hará ningún movimiento visible, pero que su valoración del futuro no es la misma que antes del miércoles pasado. No obstante el Lole sigue adscribiendo a la política del "péndulo" y cree que sigue volcado hacia el kirchnerismo y más ahora después de la muerte del líder. Lo que no está seguro es que esta situación permanezca invariable en los próximos meses, sobre todo por la acción de otros actores del PJ como Hugo Moyano que ya se cortó solo con el "acuerdo social" que fue recibido por la presidenta en el velatorio de su marido, con una hierática actitud que no quiso disimular. Otra fue la conducta de Daniel Scioli, hasta el miércoles "el candidato" que desde la vereda de enfrente querían para el kirchnerismo. El Gobernador de Buenos Aires, en una nueva demostración de lealtad sostuvo que "voy a estar donde Cristina me necesite", despejando las especulaciones de quienes pretenden deshacerse del kirchnerismo bajo la careta de "la unidad".

"Reutemann va a seguir esperando", dijo a este cronista un estrecho colaborador que también "espera" para lanzarse él mismo a la gobernación. No se sabe bien qué espera. Sin dudas, un hecho conmocionante ha ocurrido, y algunos creen que ahora es el momento de reaparecer. Otros, más cautos, suponen que una apuesta presidencial sería una cobardía, sobre todo porque Kirchner está muerto y a él no se le animaba.

El arrebato del canciller Héctor Twiterman lanzando la reelección de Cristina en medio de las exequias, fue calificado de inoportuno por otros miembros del gabinete a los que instruyó la presidenta al pie del féretro de su marido. Pero nadie lo desmintió y nadie seriamente que participe del proyecto imagina otro escenario que no sea Cristina 2011. Lo que se viene son las operaciones con el caballo de Troya de la unidad y el consenso que buscarán entre otras cosas que el gobierno ceda o claudique en sus objetivos. Ahí esta el "acuerdo social" que mal pudo haber impulsado la presidenta durante el duelo, o las especulaciones públicas de Felipe Solá u otros ex kirchernistas que amagan con volverse "cristinistas".

Desde el gobierno se anuncia la reaparición de la presidenta en un acto en la Rosada mañana o pasado a más tardar. Se va a reforzar la gestión y profundizar el rumbo, se cumplirán las giras internacionales y se perfilará la fórmula para el año que viene. No sería extraño que antes de fin de año la presidenta anuncie que irá por la reelección. Hasta ese momento correrán las versiones y operaciones, estará abierto el "libro se pases" y se medirán lealtades y bajezas. El "barajar y dar de nuevo" no supone meter en el mazo las cartas marcadas, sino la reasignación de roles y funciones. La intención de voto del kirchnerismo medida antes de la muerte del ex presidente duplicaba largamente el 10% que había obtenido Agustín Rossi para su reelección como diputado el año pasado. Con más de un tercio de indecisos, es de suponer que esa cifra crecerá, sobre todo en la candidatura presidencial. En cuanto a la elección provincial, los que hablaban en nombre de "Néstor" tendrán que reformular su discurso y estrategia o devolver el "tiempo compartido". Se acaba el tiempo de la navegación a dos aguas, de pedir prestado los votos o de buscar la foto para el afiche. Comienza otro tiempo, no apto para tibios ni paracaidistas.

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Reutemann habló a través de una de sus colaboradoras, por si después hay que desdecirse.
 
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