"A mi hija no le pude comprar un vestido, tuve que comprarle un nicho", dijo María, a dos años del femicidio de su hija Dayana Capacio, asesinada a los 17 años en las afueras de General Lagos. Aquel 11 de mayo, su ex novio, Maximiliano Tesone, fue visto saliendo del lugar del crimen hacia la ruta, con su auto. La Justicia lo condenó en juicio abreviado a la pena de 23 años de prisión. En el fallo se consignó su "conducta obsesiva con la menor, asediándola permanentemente". La relación duró dos años y terminó en 2011, pero él insistía en continuar. Desde entonces, María sigue adelante por sus otros hijos, pero está desgarrada por el dolor. "Mi hija se enamoró de la persona equivocada. Yo no respiré más, mi corazón se murió ahí. Era mi bebé. Nunca tuve fuerzas para salir a marchar, pero confié en la Justicia", dijo de un tirón, antes de que el llanto la interrumpiera.

"Me acuerdo de la última vez que la vi: eran las ocho de la mañana, yo estaba en el baño y me dijo 'Mami, dale porque me tengo que ir'. Ella había empezado a trabajar además de estudiar. Y a las 10 de la mañana me mandó dos mensajes, pero no la vi nunca más', relató. "Hoy fui a comprar el lugar donde mi hija va a estar para el resto de mi vida, porque ella ya no está; y no le pude comprar un vestido, le compré un nicho",

"Lo que le pasó a mi hija no tiene explicación. El hecho de que él esté detenido es un alivio para saber que no va a lastimar a nadie más, por lo menos mientras esté ahí, pero no me va a devolver a mi hija".