Jue 28.02.2008
rosario

CONTRATAPA

Más allá del Carnaval

› Por Héctor Fernando Clavere

Río, Samba y Carnaval es el slogan con el que la empresa estatal de turismo Río Tour de Río de Janeiro, promocionó las jornadas carnavalescas en la ciudad que se erige en la número uno de esta fiesta anual que la festeja con fuerza y pasión desbordantes y que utilizó durante varios años, en su propaganda, la figura de líneas estilizadas y perfectas de Valeria Valenza, la famosa Globeleza.

Y si los folioes (1) se deleitan en esa manifestación de color, ritmo y movimiento, energía y pasión que explosiona en esos cuatro días tan únicos como esperados, en esa ciudad considerada por lejos la capital mundial del carnaval, también ella puede convocar la emoción y la unción, la emotividad y la evocación retrospectiva de un pasado histórico que, en el hecho convocante de esta nota, lo es de cuatro naciones que, "enfrentadas en una guerra sangrienta" hoy se encuentran hermanadas y han institucionalizado esa hermandad en lo que han llamado el Mercosur.

Porque no otra cosa que emoción, unción y evocación es lo que produce la contemplación de la placa de mármol colocada sobre una de las paredes del edificio de arquitectura colonial denominado el Paso Imperial, construido en l743 en la hoy Plaza XV, convertido en la actualidad en museo y centro cultural y que fuera residencia de la familia real portuguesa entre 1808 y l889.

Ubicada sobre el contrafrente del edificio, el que se extiende sobre la la secular e histórica calle del casco histórico de la ciudad, en pleno centro, de Rio de Janeiro, la placa conmemora la finalización de la guerra de la Triple Alianza, ocurrida el Primero de Marzo del año l870, fecha en la que el Mariscal Francisco Solano López, presidente del Paraguay y comandante de sus fuerzas armadas, es ultimado por el ejército brasilero en Cerro Corá, territorio del Paraguay a quinientos kilómetros al norte de su capital, Asunción.

El centro de Río de Janeiro es un elocuente reflejo de la historia del Brasil colonial primero e imperial y republicano después. Sus calles y edificios preservados y defendidos de la demolición, son relatores de un pasado del que dan cuenta y testimonio. La placa que referimos y la historia que ella contiene, es también la de los demás protagonistas bélicos: Paraguay, Argentina y Uruguay.

El primero de marzo de l870 concluye esa guerra terrible, sangrienta y destructiva, que en nuestro país se la llamó la Guerra del Paraguay, considerada, conjuntamente con la de unificación alemana y la de secesión de los Estados Unidos, como los tres mas importantes conflictos bélicos del siglo XIX, siendo el hecho determinante de tal finalización la muerte de Francisco Solano López, ya que, no obstante que el Paraguay estaba derrotado, su capital ocupada e instalado un nuevo gobierno, en el orden internacional se continuaba reconociendo a Solano López como única y suprema autoridad del Paraguay. Solamente su muerte concluiría la contienda y ella vino de la mano de un cabo del ejército brasilero, quién a orillas del Aquidabán﷓nigui, río de los límites montañosos de Paraguay con Bolivia, en un paraje llamado Cerro Corá, atravesó con su lanza a quién fuera llamado por Mitre, antes de la guerra, "Leopoldo de América " quién, no obstante vencido, sin ejército, fuerza o tropa de resistencia alguna, en desesperada retirada, representaba hasta ese momento al Paraguay.

El l4 de febrero de l870 llega a Cerro Corá lo que quedaba del ejército paraguayo. Cuatrocientos nueve hombres de los cien mil, que cinco años atrás, al comienzo de la guerra, integraban el poderoso ejército, formaban el grupo. Cansados, harapientos, famélicos, sin alimentos, con escasas armas, sin municiones.

La retirada había comenzado con la caida de Asunción, consecuencia de la derrota en Lomas Valentinas, lugar elegido por López para defender la ciudad, a fines de diciembre de l869. "No fue una batalla", dice José María Rosa: "Fue el suicidio de un pueblo".

Lo que quedó, un puñado de hombres, la mayoría viejos, niños y mujeres, emprende la terrible marcha hacia el norte: Piribebuy, Acostañu, Caraguatay, San Estanislao, hasta que, en la fecha mencionada, la trágica caravana llega a Cerro Corá.

Diez mil muertos jalonaron esa marcha y alli, en el último rincón de la patria, el Mariscal decide acantonarse para dar la batalla final hasta morir, jamás rendirse, jamás huir, no obstante estar pisando el limite con Bolivia que, con solo transponerlo, otro sería su detino .

No eran la rendición ni la huida los mandatos de quién representaba al valor y orgullo del Paraguay o mas aún, era el Paraguay mismo.

El primero de marzo a la mañana llegan al campamento paraguayo las noticias de la aproximación de las tropas brasileras.

Al mediodía irrumpen en número veinte veces mayor que las paraguayas, a las que le aniquilan su caballería, arremetiendo tumultuosamente sin distinciones, arrasando con todo y con todos indiscriminada y ferozmente. Solo el uniforme de mariscal de López por la vistosidad y colorido, marca el llamado de atención de Silva Tabares, oficial brasilero cuyo ayudante, un cabo apodado Chico Diabo, hiere de un lanzazo en el vientre a López, quién sin caer de su cabalgadura, es ayudado por sus compatriotas que lo conducen a través de una picada abierta en la vegetación selvática, hasta llegar a orillas del rio donde, desangrándose, cae de su caballo.

López consigue sentarse sobre el lecho del rio, en momentos que llega Cámara , general del ejército brasilero con su tropa , quién le intima rendición y ante la resistencia que opone, no obstante desfalleciente y medio ahogado, cambia la órden y manda matarlo. Un tiro que le atraviesa el corazon termina con su vida.

La guerra había concluído (2). Cuando la noticia llega a Río de Janeiro la gente salió a la calle alborozada a festejar y allí en la centenaria e histórica Rua Direita, alguien a viva voz propuso " Por que no le ponemos a esta calle el nombre de Primero de Marzo" Bastó solo eso para entronizar la nueva denominación.

Luego vendría la institucionalización de la propuesta y mucho tiempo después la colocación de la placa que motiva esta nota y que conmemora la finalización de una cruenta y espantosa guerra acerca de la cual aún hoy no se conocen con certeza sus motivos ni su finalidad , creando diferencias de enfoques y discusiones entre sus historiadores y cronistas y que cobró la vida de cuatrocientas mil almas de las cuatro naciones intervinientes y el noventa por ciento de la población masculina paraguaya.

1 En brasil, participante del carnaval que se lanzan, principalmente a las calles a festejarlo.

2 Existen diversas versiones acerca de la manera en fue ultimado Francisco Solano López en Cerro Corá. Incluso no existe coincidencia entre las que fueron sus últimas palabras, aunque la versión mas generalizada y aceptada fue la de "Muero con mi patria" . En el presente se ha tomado la versión brindada por José María Rosa en su obra "La guerra del Paraguay y las Montoneras Argentinas" de Hispanoamérica Ediciones. 1986.y que fue la trasmitida por el General Cámara en el parte de guerra por él redactado y como interviniente en el suceso.

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