Entre todos decidimos hacer una vaquita y llevar a Gomide al burlesque para que tuviera un poco de esparcimiento ya que de tanto cebar mate estaba descuidando el buen uso de la bombilla.

Yo conocía unas cuantas mozas porque concurría allí cada quincena aunque yo era más bien... conservador. Es decir, para hacer un comparendo: si Gomide cebaba 235 mates con la misma yerba, yo no iba a ser menos... con la misma moza. Así que a las otras las conocía más bien de vista. Era como un semper ídem... del sexo tarifado. Las encargadas me querían como a un padre y me ayudaban a bajar los cuatro escalones de la casa de tolerancia y me daban una mano para abrir la puerta del sulky que me llevaba a y me traía de la casa del pecado, que yo, con una fidelidad rayana en la taradicción había bautizado como padrote móvil... de su original en el inglés de los güesos "pimpmobile".

Como ya he dicho Gomide no era un Adonis. Tenía una cara alargada y bigotuda como un cantante grupero... como un cantante del "flagüer pagüer"... como un perro perdicero... como una alpargata "Boyero". Tampoco era muy desenvuelto con las mozas, el contacto más cercano que tenía con el sexo opuesto era con la china Marta cuando le hacía poner los patines para circular por los pisos encerados del fortín y eso... con mucho era un Encuentro Cercano del Tercer Tipo. Pero los patacones que llevábamos eran confiables. Y además las mozas eran güenazas, capaces de hacer por un paisano necesitado más de una deligencia. Eso sí: siempre con globito. Tan acostumbrado estoy a usar el término "globito" que calculo que fue eso lo que confundió al sargento Gómez cuando fue a aprovisionarse a las poblaciones y me trajo los "Bombucha" que nos fueron tan útiles para domar a los alzaditos... Claro que también me trajo esos "Bubaloo" que de tanto masticarlos me están desarrollando estos maxilares de pelícano. Claro. El porque tiene hijos por doquier y no le preocupa. Tiene tantos hijos que si ahora tiraran la Bomba Tónica y quedaran ellos solos... repoblarían la tierra. Ante una catástrofe semejante....después no me vengan a hablar de "baloncesto" ni "tatoos" de sexo entre los hermanos mesmos. Claro que la compañía "Pasto de los Toros" nunca se atrevería a hacer esa canallada. La de tirar la Bomba digo. Y en cuanto a la herencia.....sólo dejaría literalmente deudas. El velorio sería un evento tan multitudinario como las Colectividades... como Roland Garrós... como una presentación de un libro en Ross... como "Expobujía". Vendrían los hijos como caranchos de todas las latitudes... de todos los puntos cardinales... de todos los Planisferios. Tiene tantos hijos que muchos hermanos no se conocen... o si se conocen no se saludan.

Bueno, resulta que nos dirigíamos al quilombo sito en la calle D.... (ésto de poner así las calles es un rasgo a lo Poe) esquivando los soruyos que pululan en las veredas... porque Gomide no vé un soto. Y no queríamos penetrar a una casa de tan buena nota con los restos de la culminación del proceso digestivo, de un "vuelco del serpentín intestinal" de algún perro comunitario ignoto adheridos a las suelas de nuestro calzado.

Penetramos en la morada del amor mercenario con muchos candelabros, motivos marineros, lámparas, parquet despegado, aromatizante limoncito y biombos... sobre todo biombos. Para evitar un Encuentro Cercano con algún otro usuario. Que siempre es una cosa tan enojosa. Sobre todo para los que tienen una familia. La Sagrada Familia. El libro de ésos dos que escribieron el Manifiesto Comunista. López y Planes. Para mí, con mi soltería, un Encuentro Cercano es tan sólo... cortamambo. Bueno, nosotros también teníamos planes... pero eran menos patrióticos.

Pronto, Gomide se mandó a un cuarto con una petisita morochita ojona que le dijo confianzudamente: "Veni, mi amor".

Le gustó.

Quiere volver.

Siempre nos importuna pidiéndonos que hagamos otra vaquita.

Pero lo evitamos fácilmente.

Como se sabe: "las penas son de nosotros".