"Y así ha crecido la sospecha: lo imposible ya casi no soporta a lo posible"

Roberto Juarroz

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TODA NOMENCLATURA ATRASA

La musa soledad toma la noche por las alas y al toro por los cuernos. Pero no llama a las cosas por su nombre porque las cosas no tienen nombre. Las cosas nacen en el instante en que son señaladas. Otros nombran porque creen que nombrar es escribir. Nombran para hacernos creer que escriben. Pero la musa soledad tiene otras mañas. Transita el día con los pies de la noche. Hace que una tarde cualquiera se vuelva la única tarde.

GUARDIANAS DEL TESORO

Torturada por su máscara negra, la noche se construye en secreto, como una amante se construye en la oscuridad. Si la amante no existiera, la noche no tendría a quién proteger. Si la noche no existiera, la amante no tendría cómo amar. Ambas han conseguido que cuando una no esté, la otra continúe. Si la amante se va, la noche embriaga. Si la noche se va, la amante oscurece. Ambas encuentran en el secreto la desnudez necesaria.

TODO AQUEL Y EL MUNDO

La noche es difícil, atractiva, escurridiza. La amante es atractiva, escurridiza, difícil, y puesto recorre su propio camino, recorre siempre el camino equivocado. La amante hace un pozo al costado de la noche para buscar la palabra que crece hacia adentro. La noche busca los hombros de la amante para apoyarse en sus temblores definitivos. Una y otra se hacen fuertes en la debilidad. Clausuran toda ausencia en su blandura. Y todo aquel que haya pasado por sus manos, nunca vuelve a ocupar de igual manera, el mismo sitio. La amante se extravía en la noche, la noche se extravía en la amante y todo aquel que se extravía en ambas descubre que el lugar del mundo es siempre otro.

LA MINIMA DENSIDAD POSIBLE

Detrás del pensar el muro hay un centro suave de cosas rojas. Así como el agua descansa del agua, la amante descansa del amor y la noche descansa de su oscuridad. Es necesario tomar distancia para volver a atravesar la transparencia. Pero el regreso no existe como un juego marcado por los costos de la lejanía y el reclamo. El regreso tiende el puente del albedrío y trae en las manos la palabra desenterrada.

EL MUNDO ES UN LLAMADO DESNUDO

El ojo de la musa soledad embellece los rasgos del mundo. Uno recurre a ella para volver a mirar, para encontrar el detalle que se nos había escapado. Si de tanto en tanto no viniera a nuestro encuentro, el día no tendría para ofrecer más que a sus gobernantes, sus blasfemias, sus repeticiones, sus fraudes, sus tedios, sus iras. Pero así como el ladrido busca descansar del perro, uno busca descansar del mundo. Entonces, la musa soledad que todo lo puede, que todo lo calma, que todo lo enternece, nos tiende el lazo amoroso, narcotizante y sexual de la mirada nueva.

TAPAR CON LAS MANOS LA BOCA DEL VOLCAN

Todo aquel que pudiera imaginar, la imaginaría. Todo aquel que pudiera amar, la amaría. Todo aquel que pudiera escribir, la escribiría. Ella es ella más la noche y uno no tiene más remedio que adorarla. Uno apenas si puede sostener las horas mientras las horas se endurecen. Todo aquel que llama a la puerta llama desde adentro. Todo aquel que dice estoy solo, está solo. El mundo está lleno de todo aquel, conmovido de todo aquel, impotente de todo aquel. Y todo aquel cierra los ojos antes de leer lo que uno ha leído. Pero nadie podrá imaginarla, amarla, escribirla porque nadie, ni todo aquel, ni uno sabe qué es posible o imposible.

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