Sáb 10.10.2009
rosario

CONTRATAPA

ESCRITURA BREVE Y RESONANCIA LARGA

› Por Miriam Cairo

MUNDOS LABIADOS

Puede ocurrir que quien besa, logre colocar al besado, en una sola vez, donde nunca estuvo nadie antes, más lejos quizás de lo que hubiera deseado.


PIEL DE UN DESTINO

El enjambre negro y horizontal de vocablos, símbolos, cifras, adherido en la hoja en blanco construye un vínculo entre el texto y el mundo. El resultado de esa abismada empresa es una lucha contra la dependencia despótica que ejercen los géneros y sobre la resistencia colosal de la palabra.


LA NOCHE NO CEDE

La intriga que motiva este mosaico podría formularse así: ¿hay algo que no quepa en el infinito? Las innumerables y donosas respuestas no impiden que el insomnio esconda la cabeza bajo la almohada para soportar el peso de la noche.


HEMOS PERDIDO

El matrimonio es una sociedad civil.

Primero: glup.

Luego: puaj.

Finalmente: Sniff.


AMANTES VUELAN

La musa culona se para junto a los pies de la cama y mira el costado vacío. Se refleja su sombra como la de alguien que desde niña supiera despertar migalas. Millares de gotas de aire llenan la habitación. Noto que ella respira más de la cuenta. Mira con autoridad porque quiere ocupar el lugar vacante. ¿Del marido? ¿Del narrador? No será posible porque con el crimen también he aniquilado el rol.


ESCRITO EN EL CREPUSCULO

Esos días en que el fruto es sorbido por una terrible mariposa negra, lanza alaridos mezclados de dolor y nacimientos en el interior de la noche. El ángel del consuelo baja a cubrirle la boca con las dos manos. La mariposa ciega busca en el fruto su morada. Huele y sorbe, sube y baja ávidamente, arrullada por el jadeo que la guía.


EL ACONTECIMIENTO REMATA SU ARDOR

Ser del aire es también un ser en el mundo. Si una ve al hombre solo cruzar la calle, comprar el diario, alzar la mano, pedir un café, respirar, lo demás queda despoblado de toda materia e inmediatamente una percibe la diástole y la sístole del alma.


RESUELLO

Ella dice adiós y el hombre espera mientras la noche frota las manos de verduga siempre demasiado lentas.


REINAS SIN CABEZA

Tenemos cuarenta y cuatro palabras cayendo hacia el otro lado.

Sí, escuché los golpes.

¿Han llorado?

Por supuesto, pero es difícil entender su sufrimiento porque no hay palabras de este lado del jardín.

En aquel corazón tampoco.

Yo he conocido palabras muy brillantes.

¿Sí?

Sí, cuando empecé a doblar en aquella esquina.

Ahá ¿Y dónde brillaban esas palabras brillantes?

En todos lados.

¿Las ves todavía?

A veces, pero en sueños.

¿Será que las cuarenta y cuatro palabras que caen hacia el otro lado, van en busca de algo que han perdido?

Puede ser. Andan a tontas y locas, como reinas sin cabeza.

Escucho que algunas, mientras caen, se lastiman las rodillas.

¿A dónde irán estas palabras que pueden irse?

No sé. Debería bastarles con nombrar lo que nombran, pero no, ellas quieren una forma, un mundo.

Tienen dificultades para alinearse con la insipidez.

Sí, estaban agonizando de tanto respirar agonías.

Tal vez huyen para no poner la cara larga sobre la mesa.

Sí, no podemos detenerlas.

No, no porque a ellas no las amedrentan las misiones frustradas.

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