Domingo, 22 de enero de 2012 | Hoy
CONTRATAPA › FOTOGRAFIANDO LA ZONA
Por Adrián Abonizio
* Fui y soy rebelde, como decir soy de un equipo: Eso significa para siempre, grafica el tipo mientras conduce. Y agrega: Lo que no soporto son las pintadas sobre un frente y escritas con rabia sobre algo que no nos importa...como por ejemplo "Tito ama a María", !Qué pelotudos!. Cuando le preguntan si las pintadas a aerosol fueran sobre la revolución o sobre anarquía, declama: Lo mismo, es una falta de respeto al mármol...además no agregan nada. Es pajerismo, no rebeldía. Y daño. Pero principalmente es egoísmo. Cuando le recuerdan su pasado juvenil, cierra: Lo de las bombas es otra cosa. No ensuciábamos nada, sólo asustábamos. ¿Entonces estás a favor de la propiedad privada?, lo azuzan. Medita, fuma, dobla una esquina: Estoy en contra del pensamiento idiota, que es muy distinto.
* El reflexiona que hay caras que siempre ve y nunca saluda. Son caras con cuerpos pero no podría describirlos, sí a las caras. Esas que uno ve por años en la zona de trámites, en la calle y ya son como de la manada. Caras con las que se ha cruzado en otras provincias estando de vacaciones, por ejemplo, y que ha atinado a saludar para luego, de vuelta en los pagos, volver a ignorarse mutuamente. Como si compartieran un crimen: El de la familiaridad.
* Los guitarristas veloces antes de salir a escena con sus prodigios practican tocando el bajo más pesado y trabajoso de manera que luego al usar el mango de una guitarra hace que los dedos vuelen. Lo mismo ocurre con una novia muy fea: Al abandonarla hace que cualquier mujer nos parezca bellísima, explica el tipo su controvertida teoría.
* En el pasillo de la guardia del hospital ella repasa los carteles con flechas: FarmaciaCapillaMorgueAmbulancia. Estima, mientras se toma la panza a la espera de la buscapina y la revisión, que el orden correcto debería ser: AmbulanciaFarmaciaMorgueCapilla. Por orden de llegada y de despedida.
* Jugaba en las inferiores de delantero y el futuro le sonreía. Hasta esa práctica con aquel técnico. Le tocó marcar el palo en un córner y al delantero rival, su amigo. Le cabecea limpio a la red. El DT lo recrimina ¿Pero usted es boludo?. ¿Le saltan en la cara y no le da un cabezazo o pone el codo?...¿Usted es puto, señor?. Se detiene el juego. El toma la pelota y se la arroja. No, pero usted es algo peor. Es un fracasado. La flecha surca el aire y se clava en el pecho del tipo grande, gritón y de baja estofa. Tanta puntería hace que pierda el puesto y abandone el club para siempre.
* El pibe es asombroso: descubre a un chico down con su mascota en brazos y pregunta si el perrito tambien es down. Le explican la diferencia: pero él entiende más de afectos que de especies.
* Lagos al sur. El Bar de los Descorazonados. Los tristes allí se hunden más y los melancólicos enpeoran. La tevé pasa crímenes y la moza te maltrata. El café, en cambio es baratísimo y casero, sin filtros. Entra Ruiz, el hombre más optimista del planeta, blindado de acechanzas y de penas. El tipo más feliz. Y el más avaro.
* Se sienta a esperar que lo llamen en la Afip. La descubre: solera rosa, bronceada, maquillada, plena, preciosa. Le detecta su panza. Piensa ¿Como sería un romance con una embarazada, intentar algo normal como si ella no estuviera en ese estado?. Lo fustigarían por perversión, seguramente. Pensar en ella como que por su embarazo tiene un dueño es denigrarla. Intentar un avance es peligroso. Pero ella sigue siendo mujer y punto. Allí terminan su dudas y comienza la seducción imaginaria.
* Van los tres: macho, hembra, cría. Suben la vereda por una grieta del cordón. Culones, felices, son sobrepeso y en moto, desafiando a la muerte que los acecha en el cantero, al 312 que les apunta con un misil. Allá van, salvados sin saber, carnívoros, apetitoso trío de carne argentina sin cerebro mientras la Parca se relame. Otra vez será, murmura desde una ochava con lluvia.
* Obama tildó de cobarde a Kadaffi, quien replicó: "Nosotros vamos a morir acá, peleando". Y lo hizo. Mientras, en el estado de Alabama se dicta una ley antimigración y un funcionario declara: "Hay que hacer de todo, excepto balearlos". Pero lo viven haciendo. Balas, fronteras, palabras, sangre y cobardías. Hay de todo bajo la sombra emperrada de los imperios.
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