rosario

Lunes, 6 de febrero de 2012

CONTRATAPA

Viruta de amor

 Por Patricio Raffo

Y habrá otra primavera y otro gesto y difícilmente olvide sus ojos mirándome con amor.

**

Crudo nado y cavo lo necesario en la noche las palabras que la nombran: huelo su gesto espantosamente lejano en el vigor de lo que no habrá de regresar.

**

Ella tenía el perfume de los huracanes: rosas de furia, deseo y placer arrasando todo a su paso.

**

No escribo para que vuelva, sólo construyo con palabras la bella memoria de nuestros cuerpos entrelazados para siempre.

**

Por acá quedó su aroma, por allá alguno de sus gestos y en ciertos espacios de silencio su voz, tan imborrable como imbatible, dándole de comer en la boca a la memoria.

**

Su aroma se enfría brutalmente como un filo que surca la carne con desesperación.

**

Se durmió entre mis brazos como se duerme un aroma en la memoria.

**

Necesito recostarme entre sus palabras y dejar pasar el tiempo en esa suavidad.

**

Miré por el ojo de la cerradura de su cuerpo y me vi atrapado en ella.

**

Estoy con los ojos cerrados, de pie, en el borde del vértigo de los vestigios: la orfebrería del brillo en las íntimas cuestiones de los abismos de su aroma.

**

Ya no la recuerdo, solo de vez en cuando siento el perfume que dejaba en mi cuerpo después de las horas del amor.

**

Suavísimo hervidero de la memoria: la celebración del gesto: puerto inmóvil del que nada zarpa.

**

Estoy sentado en el borde de mí esperándola.

**

Me alimento con las palabras de su boca: hablan de tierras arrasadas, sobre ellas crío margaritas rebeldes para no olvidarla.

**

Bajo la lluvia de nuestros cuerpos, que llovían incesantes sobre nosotros, con la inexorabilidad de la hermosura.

**

Bebo una copa con viejos fantasmas que habitan los suburbios de la memoria: ciertos bellos gestos que jamás habrán de ser revelados juegan en el jardín como encendidas mascotas indecentes.

**

Un solo gesto de su boca sería suficiente para calmar todas las fieras de la noche que me acechan sin descanso.

**

Tribulo entre el tártano y la fanfarria del carrillón: trepo hacia abajo sin cesar y en el plexo del exilio acuno su mirada.

**

Anoche soñé con ella y despertar es, hasta el momento, una tarea absolutamente inútil.

**

Estoy parado en el centro exacto de mis palabras, dándoles de comer en la boca la precisa memoria de sus ojos.

**

Hubo ruidos en el medio de la noche, pensé en sus pasos, pensé que regresaba, pero era sólo la memoria de su aroma agitándose en el aire.

**

Ya lejana la fanfarria de la sed, quiebro la tráquea de la memoria para no nombrarla nunca más.

**

Siento que voy diluyéndome en el aire como quien se va para siempre.

**

En el mar de todas las tormentas navego sin cesar hacia su mirada con la inexorabilidad de un sueño eterno.

**

Nombrarla en el centro exacto de la nada y ver como ese nombre se diluye lentamente, junto a mí, en el silencio, hasta convertirse en una especie de sombra de luz.

**

Cuando la olvide habré de olvidarla como habré de olvidar mi propio nombre al olvidarla.

**

Había una calle y hojas en las veredas, un viento de invierno enfriándose con la tarde, una casa con jardín, un griterío de chicos jugando: un universo en una célula: sus ojos mirándome para siempre.

**

No soy más que un animal enfurecido y desamparado en el medio de la noche.

*[email protected]

Compartir: 

Twitter

 
ROSARIO12
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.