CONTRATAPA
› Por Miriam Cairo
(Conversación jamás oída en la redacción de Rosario/12)
- Asterión (Susurrando): Cairo, Cairo...
- Cairo: ¿Qué pasa?
- Asterión: Tengo hambre.
- Cairo: Yo tengo sed.
- Asterión: ¿Qué hacemos?
- Cairo: Esperar
- Asterión: ¿Y si no nos encuentran?
- Cairo: Hay pocos indicios para saber dónde estamos. Sólo tu nombre.
- Asterión: ¿Sabrán mi nombre?
- Cairo: La gente decente sabe nuestros nombres pero no los repite.
- Asterión: En una palabra, estamos perdidos.
- Cairo: Es una tradición. O un cálculo de probabilidades. O una comedia. O un consuelo. Pero estamos perdidos.
- Asterión (sorprendido): ¿Ah, sí?
- Cairo: Creí que lo habías entendido desde un principio.
- Asterión: ¿Perdidos en un consuelo?
- Cairo: Eso dice quien nos está escribiendo.
- Asterión: Sospecho que quién nos escribe no está ciego.
- Cairo: No. Lamentablemente no.
- Asterión: Me gustó ser escrito por el hombre ciego.
- Cairo: A quién no le hubiera gustado.
- Asterión (susurrando otra vez): ¿No estaremos muertos?
- Cairo: No creo... Ahora no. Antes sí, pero ahora no.
- Asterión (confidente): "Las palabras son máscaras solitarias paseándose a la altura de los hombros".
- Cairo: Nos están escribiendo en versos...
- Asterión: Versos largos...
- Cairo: Sí, versos contemporáneos. (Cairo y Asterión ríen y nada cambia).
- Asterión: ¡Disculpe quien nos escribe! ¡Es una risa nerviosa! (grita sacando del texto su enorme y bella cabeza de toro).
- Cairo (riendo aún): Ahora sí que estamos perdidos para siempre.
- Asterión (usando la palabra apropiada): Mejor...
- Cairo (usando la misma palabra que Asterión): Sí, mejor...
- Asterión: Entonces, ¿qué hacemos ahora?
- Cairo: Esperamos que no nos encuentren.
- Asterión: Ayer, en uno de sus borradores, quien nos escribe decía que era imposible probar nuestra existencia. Que eso le daba un toque trágico a nuestras vidas.
- Cairo: ¡Qué tema! ¿Qué teme?
- Asterión: Que no le paguen.
- Cairo: Pero, incluso si el mundo fuera real no se podría probar su existencia.
- Asterión: La realidad es un género tardío.
- Cairo: Cierto lo había olvidado.
- Asterión: Sí, pero andá a hacérselo entender al editor del diario. (Quien los escribe, deja entrever su alma trémula, de pasada, pero con orgullo, para no quedar afuera de su creación).
- Cairo (espantando con la mano algo que anda por el aire): Se nos entró un alma.
- Asterión (espantando él también algo en el aire): Se va a llenar de almas porque hoy no salimos en papel y nuestros lectores de los bares nos están buscando. Pueden ser las almas de Diana, de Roberto, de Coco, de Ana, de Claudia, de Luis...
- Cairo: Pero si no nos conocen.
- Asterión: Nos buscan igual.
- Cairo: Si nos encuentran dejaremos de estar perdidos.
- Asterión: No creo. Si nos encuentran ellos también se habrán perdido.
- Cairo: Ah, qué alivio.
- Asterión: Si en este punto nos detenemos...
- Cairo (continuando la idea): ...es porque quien nos escribe no quiere terminar nuestra historia.
- Asterión (rodea la boca de toro con las manos humanas y saca la cabeza del texto otra vez): ¡No se preocupe, esta historia no terminará nunca! ¡Nosotros no nos iremos jamás!
- Cairo: ¿A dónde vamos a llegar por los siglos de los siglos?
- Asterión: Depende de los verbos. De las magnolias. De la vida infinitesimal. De la escritura infinitesimal. Y también depende, en parte, de quien nos escribe...
- Cairo (con la voz de Vicente Aleixandre): "Aquí, mastines, pronto; paloma, vuela; salta toro, toro de luna o miel...". Siempre lee los mismos versos (dice Cairo recuperando su propia voz).
- Asterión: La relectura es un vicio incontrolable.
- Cairo: Es bueno saber que nunca más saldremos de aquí.
- Asterión: Maravilloso. Por más que lo intente, quien nos escribe no podrá nunca sacarnos del imposible porque quien nos escribe es un imposible.
- Cairo: Hablás como quien nos escribe.
- Asterión: No puedo evitarlo, es parte de mi ser.
- Cairo: El editor es imposible.
- Asterión: El diario es imposible.
- Cairo: Nuestros lectores son imposibles.
- Asterión: Estos imposibles son más fuertes que cualquier posible.
(Silencio)
- Cairo (en un susurro): "Y es que hay mentiras que sientan tan bien que parecen verdades ocultas".
- Asterión: ¿Es la lluvia?
- Cairo: Es Concha Buika. Siempre escucha las mismas canciones.
- Asterión: Nunca más saldremos da aquí.
- Cairo: Nunca. Afortunadamente.
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