CONTRATAPA › FOTOGRAFIANDO LA ZONA
› Por Adrián Abonizio
* -En Disneylandia está todo bien, es divino, pero pienso que casi todo está hecho por máquinas y la gente va caminando por los juegos como maquinas también...eso, eso me dió impresión, comenta la chica luego de volver del País de las Hadas, del Sueño Americano que también a algunos chicos les trae pesadillas como las que tiene Yamila desde que volvió. Imagina a sus padres zombies; muertos deambulando por las figuras en brillantinas del Arco Iris, llamándola para siempre desde un interminable tren fantasma.
* La maestra de dibujo le ordenó hacer un zoo. El se resistió como pudo y le adosó al hipopótamo y al elefante unas alitas violetas. Borralos, están mal. Esos animales no vuelan. Es para que se puedan escapar, retrucó. Ella lo miró como si hablara con un asesino. Nunca se podrán ir. Al pibe le dió miedo pero redobló la apuesta que lo conduciría invariablemente a la dirección: Le agregó dos pitos aclarándole que eran juntos con los testículos, las gomas para aterrizar.
* Estaba el grado A, el B y el C. En el primero vivían los inteligentes, en el segundo los menos y en el tercero los que nada tenían. Y los que eran negritos, culminó su ex compañero de claustros, sentados a la mesa de un bar de recuerdos acerca del Segundo Hogar.
* Fue en verano, la lancha volcó y el, que vió todo desde la playa ni dudó en meterse a ayudar. Nadó y buceó por debajo de la embarcación volcada: Tocó un cuerpo primero y lo llevó a la superficie. !Está mi hermanita también!, dijo la niña con salvavidas. El se volvió a sumergir y rescató a la otra. Hace una pausa, bebe el trago y continúa. Las dos tenían flotador pero habían quedado enganchadas..ahora oigan...cuando con un bote y nadando llegamos todos a la costa créanme que ví en los ojos del padre, el conductor, una especie de furia como si se me acusara de algo...la segunda de sus hijas era mogólica...a esto lo presencié y lo sentí yo, nadie me lo podría negar, concluye.
* -Este chico va tantas veces al baño que habrá que ponerle pañales, ulula la maestra de segundo grado. El pibe pide de ir porque se aburre en el aula. Siente la vergüenza a pleno. Su papá se ha enterado del asunto y le ha hecho llegar a la docente un pañal para adultos dentro de un envoltorio delicado. Ella, en su casa, en la cocina humeante, con la tevé encendida llora larga, desconsoladamente no por la culpa del error sino porque de verdad los ha empezado a usar en secreto.
* La mamá la lleva a un comedor vegetariano para que comprenda que hay una alimentación más sana, un mundo mejor, un ambiente más puro. Ella le pregunta que cómo está todo, si lo encuentra rico, si el jugo sabe bien. Sí, contesta su hija, todo está muy bien, pero en las mesas la gente sigue teniendo caras horribles como en cualquier lado.
* El pibe muestra The Beatles al colegio para que lo oigan. Sí, muy bonito pero estamos en la semana de tradición y esto es en inglés, murmura la profe tomando el cd como a un bicho. El reflexiona un poco y escribe en el cuaderno con letra despatarrada sobre el contrafrente duro: La seño no habla en inglés pero igual no se le entiende nada.
* De noche los niños sueñan dispares cosas. Unos que conocen a Santa Claus, otros que son campeones de alguna cosa, otros que entran a una casa de comida chatarra y se hartan hasta reventar, otros que su papá sale de la cárcel. Las maestras no sueñan casi nunca: Sus pesadillas son ellos mismos cuando están despiertos cuestionándoles el vacío de sus vidas.
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