Sáb 19.01.2013
rosario

CONTRATAPA

Bitácora del aire

› Por Miriam Cairo

Día 1

Iniciamos la travesía por aire. Los grandes peces del cielo nos dieron la bienvenida. Los pájaros del mar nos despidieron con un cortejo de calandrias abisales y sirenas borrachas. Todas cantaron hasta enloquecernos, pero la tripulación se taponó los oídos con cera celeste mientras la polizona que se tatúa en el cuerpo las verdades piratas me amarró al mástil mayor con sus nudillos.

Día 2

De mar a cielo, de cielo a mar, el mapa de la mujer gaviota se adapta dulcemente, espontáneamente al recorrido, como todo laberinto medieval que encubre ramificaciones insomnes.

Día 3

El fantasma del cuadrante solar, se ha visto obligado a seguir, con veleidad pirata, a las tres ninfas desnudas por altitudes de perla y lluvia.

Día 4

La mujer gaviota me dio de comer de su mano alpiste de su corazón.

Día 5

La tripulación no tolera más de tres o cuatro días sin mis discursos. Sea por las motivaciones que en ellos encuentra, sea por el aguardiente y el ron con los que riego las buenas nuevas.

"Es posible que los viajes por aire sean más antiguos de lo que pensamos", dije, cuando el alcohol les había pulido los sentidos. "Pero también guardaremos este secreto", concluí. Y la tripulación acató sin pestañear. Lo mejor que hace mi tripulación es guardar secretos.

Día 6

"El que navega por aire como navega por mar, más que dejarse ver se desnuda, porque sus actos convertidos en ideas, pasan al mundo imaginario, de allí al mundo poético y del mundo poético al mundo verdadero, y ﷓﷓agregó el jardinero que lee la rosa de los vientos﷓﷓ el mundo verdadero no es el mundo real". He aquí, la nueva definición pirata.

Día 7

Cantan los peces. La oscuridad no ha pasado. Las desnudas danzan a babor. Se suma la mujer con sombrero. Bajan mujeres de la Osa Mayor. Orión revolea el cinto con ímpetu sideral. El centauro celeste trota al ritmo del twist. Flores de Venus llueven sobre el casco del buque fantasma. Llegó la primavera pirata. Y con tanto swing.

Día 8

Día de discurso. "Por mucho que navegar sea navegarse, y que ensayemos nuevos giros, probemos los viejos sesgos hasta a excedernos, camaradas. Sepamos, también, que nada impide el vislumbre de las primerísimas estrellas que nos sobrepasan". (En concejo consultivo decidiremos si este fragmento amerita como nueva definición pirata).

Día 9

Tal como le prometí a mi tripulación, no hemos desembarcado ni por error o pesadilla en el bulímico territorio de enero.

Día 10

El jardinero guiñó un ojo a la viajera sin equipaje. La viajera sin equipaje guiñó un ojo al timonel. El timonel guiñó un ojo a la mujer con sombrero. La mujer con sombrero me guiño un ojo a mí. Yo le guiñé un ojo a la mujer gaviota. La mujer gaviota le guiñó un ojo al cocinero. El cocinero le guiñó un ojo a la ninfa desnuda que en este viaje usa un collar con caracol. La ninfa desnuda le guiñó un ojo al fantasma del cuadrante solar. El fantasma del cuadrante solar le guiñó un ojo a la otra mujer desnuda. La otra mujer desnuda le guiñó un ojo a Peperino que dijo "wow". Todo el día jugando al dominó.

Día 11

Las tormentas del cielo son espeluznantes porque las mareas del aire se elevan por los grandes vientos que empuja el cielo. Pero a diferencia del mar, donde las olas buscan la costa, el cielo se arremolina y las mareas suben hasta no poder más porque en el firmamento no hay orillas. Aún así, como en el mar, ocurren inundaciones, naufragios, derrames en los diques de contención, tsunamis, maremotos, y, ya que el secreto es nuestro motivo, por qué no decirlo: semejantes tempestades nos excitan hasta el amor.

Día 12

Luego de la tempestad viene la calma. Sea en el cielo, sea en el mar. Desde la proa, miramos la tierra rodar como un enorme girasol. "El mundo gira sin nosotros", dije. "A pesar de nosotros", corrigió la mujer gaviota. Y vi en ello la nueva definición.

Día 13

Los peces del cielo tienen alas, los pájaros del mar, escamas.

Las noches del cielo traen rumores desesperados, las noches del mar los llevan. Por eso, tal vez por eso y nada más, los fantasmas hoy se llamaron a silencio.

Día 14

En medio del discurso correspondiente al día de hoy, tosí varias veces, lo que me obligó a tomar más y más aguardiente. La mujer con sombrero debe haber escrito cosas muy felices, porque mi tripulación flota y yo no tengo recuerdos.

Día 15

En el cielo es difícil llevar la cuenta de los días y de las noches porque siempre es noche, incluso en pleno día. Por ello, nosotros hemos decidido partir la pantalla del tiempo en dos, aunque cada mitad pueda ser un mismo momento y no dos, como nos tiene acostumbrados el número dos con su obcecación binaria.

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