CONTRATAPA
› Por Miriam Cairo
Es
Ella no es del tamaño de un ave, ni de una cumbre, ni de un vaticinio, pero es de un tamaño feliz. Digamos que está hecha a su medida.
Pasa
Ella podría tener un nombre. Podría ser morena como la noche y tener el cuello larguísimo, como el de un cisne para comerse la luna de a bocados pequeñísimos y beber antes de que caigan las gotas de rocío. Ella podría pasar de una cosa a otra: de uno a dos, de A a B, de hoy a mañana, de verde a hierba, con la misma naturalidad con la que pasa de las noticias atroces a Wallace Stevens, del humo al sexo, de la miel a la sombra, del madrigal a Perlongher, del poema al cuerpo.
Ensaya
Ensayo una manera de decir /que viene de una manera de leer / que viene de una manera de vivir / que viene.
Pudo
Ella pudo no haber existido nunca. Y habría que dejarla yacer así de ahora en adelante, como si nunca hubiera existido. No habría necesidad de imaginarla con la mano izquierda sujetando apenas el hombro derecho, ni con la derecha rodeando la cintura hacia el lado izquierdo. No haría falta si quiera pensar en el espejo. Las fotografías no tendrían por qué retratarla desnuda, ya que su desnudez pudo no haber existido nunca.
Espeja
No tiene un espíritu científico, sin duda, por eso no se explica a pesar de sus permanentes explicaciones. Y no hay en ello nada de extraordinario. Ninguna enfermedad. Ninguna salud.
Gira
Y cuando ella gira, gira el mundo. Aunque no haya mundo. Nunca lo hubo.
Prueba
Ensayo una vía de acceso / un pasadizo / un camino de orillas y de abismo / un movimiento de reflujo /una pequeña travesía con lentas invasiones de color y prometedores naufragios.
Ensayo una forma de decir que ondea sobre las telas flotantes del viento.
Y en el viento ensayo una quebradura / un corte / un esguince / derrumbe.
Cree
Ella cree que va. Y va. Pero podría no ir. Podría no creer. Ella podría escuchar la voz de un narrador que hablara en inglés y no entendería nada, aunque de todos modos haría lo que el narrador dijera, porque ella cree en quien la narra. Sin chistar iría a ver al modisto inglés para que le hiciera un vestido a su medida y el vestido sería horrible, y ella se enojaría en el más perfecto inglés que jamás ha pronunciado, sólo para complacer al narrador en una descomunal escena de andamiento.
Habita
Ella podría habitar un color filosófico sin siquiera probar una pisca de mescalina, sólo porque tiene antecedentes macerados y varias ausencias /de sentido.
Mueve
Ensayo una manera de tocar lo tocado / de mirar lo mirado/ de decir lo que no digo /de no decir lo que digo.
Ensayo una manera de mover los labios/ de mover las palabras/de mover el cuerpo /de mover el mundo /de mover la noche / de mover el movimiento.
Tiembla
Ella podría ser un dibujo nacido sobre el lienzo, con el torso vegetal y la sombra alcanzada por un rayo. Ella podría no tener su cuerpo, sino un curioso armazón entre humano y floral. Un temblor de Egon Schiele.
Hace
Ella se dice: no vuelvas a hacer lo que una vez hiciste. Y durante un tiempo, bastante tiempo no lo hace. Pero luego juzga que es posible volver a hacerlo, y cuando lo piensa, entre la rosa y el cuchillo, vienen las memorias filosas en procesiones soltando espantos, como si ella se hubiera enamorado de un toro albahío, o de un dragón, o de un adverbio. Pero ella sabe que su corazón compulsa con la rosa antes que con el cuchillo, y lo vuelve a hacer. Lo hace.
Escribe
Ensayo un vuelo / un peligro /un miedo /un valor / un miedo.
Ensayo una manera de quitar / de no escribir.
Es imposible no escribir sin escribir.
Muere
En cuanto se mueve, va consigo su cuerpo. En cuanto se detiene, el cuerpo se detiene. Y si avanza, él avanza. Y cuando sube, él sube. Cuando baja el cuerpo baja y cuando muere, el cuerpo muere.
De ella se puede decir cualquier cosa, menos que no muere.
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