* "Es indispensable poblar la tierra de árboles, así repondríamos lo que han destruído los que nos precedieron y lo que nosotros arruinamos sin consideración". Para cerrar con "en la forma en que los bosques están siendo explotados nos ganaremos el odio de generaciones venideras". Quien así escribe no es un ideólogo de Greenpeace ni un activista ardoroso por un Medio Ambiente mejor sino Manuel Belgrano, allá lejos y hace tiempo, entre combate y combate.

* Severino Di Giovanni, el anarquista furioso de los Abruzzos, enemigo público por sus acciones violentas se encuentra sentado en la celda de la Penitenciaría de Buenos Aires donde un rato después será fusilado. Al saborear el café que ha pedido le susurra al carcelero: "Pedí con mucha azúcar...no importa, será la próxima vez".

* Calígula era cruel, insensible y enfermo, moldeado a la medida de Roma. Se decía se acostaba con sus hermanas, que cometía fechorías sexuales diversas y crímenes varios. Llegó hasta prostituir a las esposas de los senadores. Estos, aguantaban en silencio. Pero se decidió su muerte a cuchillo el día que entendieron que las arcas del imperio estaban casi vacías y que además, les habían rebajado el sueldo. Hay un límite para todo.

* Se sabe, se leyó y comentó mucho. Carlos Menem -agárrese donde sabe- al charlar con el mandamás Magneto cuando el riojano era presidente de la Nación, lo inquirió: "Pero usted quiere mi silla presidencial". Magnetto sólo le contestó casi con desprecio: "Puesto menor".

* Andaba por el Centro Nacional Geográfico de la Capital, buscando datos sobre el Carnaval, cuando en un pasillo alguien lo confundió con un historiador y lo saludó afablemente. Luego, haciéndole una seña de silencio lo condujo hasta una sala encerada y con luces bajas, un haz proyectado sobre una mesa le enseñó aquello: Un bollo marrón de papel bajo una campana de vidrio -que el empleado graficó- es un ejemplar de poesía que llevaba Facundo Quiroga cuando en la diligencia fue achurado de un cuetazo por los Reinafé: "Está el agujero de bala y la sangre. Impresionante, no" alargó el tipo. Era verdad, aquello era un film perfecto de historia y crimen.

* El dibujito, prolijo, estaba muy bien. Bien la llanura, los caballitos, un San Martín sentado escribiendo bajo el pino, la espada, la pluma y el mapa. Lo que desentonaba en el cuadro a pinturita del pibe era la botella de Coca Cola en un ángulo de la mesa.

* Se sabía: Winston Churchill además de un político hábil tenía costumbres raras. Luego de la cena con embajadores de casi todo el mundo, volcó el café en el platito, le agregó mucha crema con azúcar -los anfitriones exóticos pensando que era una modalidad británica que se debía seguir, lo imitaron en sus detalles-. Acto seguido, muy serio llamó a su gato y le sirvió el brebaje con aire de satisfacción.

* Ella estaba escribiendo, analizando los pormenores y pormayores de la colonización y el imperialismo, desde la conquista de América a la televisión, cuando tuvo una epifanía. Allí, en se metro y medio cuadrados donde trabajaba estaba compendiada toda la idea: el block era brasilero, la birome china, sus lentes franceses, el vino chileno., los cigarrillos paraguayos. Eran los noventa y jamás olvidó aquella escena que le regalaba la Historia.

* El 28 de junio de 1966 Onganía da un golpe de estado que se denomina esquizofrenicamente "Revolución Argentina". El depuesto Illia declara enfáticamente y calmo, poniendo las cosas en su lugar: "A mí me derrocaron las veinte manzanas que rodean la Casa de Gobierno".

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