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hacia el sur horizonte y azul copulan sobre el agua

la luz, herida en su resplandor, tropieza con la niebla

lejos pareciera relampaguear

estrellas arcaicas desde el fondo del cielo

pájaros anidando sobre la marea

recuerdos, piedras cayendo

durante el lapso en el que transcurrió la epopeya hydra y can menor ﷓dos constelaciones enemigas﷓ olvidaron que era la ira quien las mantenía encendidas

malvones blancos le raciman nieve a un balcón

orquídea de las brasas

pobrecita equivocada flor

su magna de dalia se inmola en magnolia

supurante de sol el fantasma estalla en la estampa de su espectro

clavo que padece el golpe del martillo

larva sumergida en querosene

el respaldo de la silla ve descascararse a la pared

cisne ahogándose en mares lunares

luto vuelto vuelo

vuelo de ave lunar

septentrión da a la ventana

......

No siendo mi estilo recoger el guante, esta vez haré la excepción respondiéndole a esa lectora que me acusa de abusar de las medusas. Pues bien...

La fascinación que tales bestias ejercen sobre mí excede el límite racional de trasvasar el asunto a palabras. Sin ellas mi acotado imaginario se vería atravesado por una castración radical.

Un poeta sin medusas carece de destello, de estructura efímera, de electricidad.