CONTRATAPA
› Por Miriam Cairo
"Que se le quite la ropa a la noche.../ y hablemos al amanecer"
Sergio Francisci
Así como ayer Odiseo se enfrentó a pruebas aviesas hasta llegar a Itaca para cerrar el camino del héroe, hoy nosotros, los argonautas que vamos de la vida a la página, tropezamos con varias cáscaras de banana en tren de realizar nuestra hazaña, a saber:
No hemos dado todavía con alguien que describa desde adentro el funcionamiento y/o mística, los acuerdos y/o implícitos, que dan sustancia a una Relación Abierta (RA). Sin embargo, los practicantes de Relaciones Cerradas (RC), de Relaciones Deshechas (RD), de Relaciones Inconclusas (RI), de Relaciones Horribles (RH), de Relaciones Normales (RN), de Relaciones Felices (RF) entre tantas otras, hemos dado rienda suelta a nuestra erudición, para beneplácito del pueblo que quiere saber de qué se trata.
A continuación, procederemos a recuperar la primera de las preguntas lanzadas al ciberespacio, y sus respectivas respuestas, citando fuente. Quede claro que desde el texto primigenio se habilitan todas las puertas de entrada al tema, para que la pulsión reflexiva despliegue el matiz poético, o confesional, o lúdico, o subterráneo o lunar, o esmerilado, o anafórico, o cualquier otro que el cicerón o cicerona, elija, para hacer oír su voz en esta convocatoria plural.
La primera y crucial pregunta formulada en la contratapa de la semana anterior, encontró multiplicidad de respuestas, algunas de las cuales reproduciremos a continuación citando fuente. En tal sentido obsérvese que se respetan las identidades con las que los participantes quieren hacer oír su voz. En cuanto a mi situación, como vocera de un grupo de tres o cuatro argonautas de los mares de tinta negra, elegiré, para identificarme, la sigla LQS (La Que Suscribe).
LQS: -¿Qué es una Relación Abierta?
Fernando Berton: --Administrativamente, se define una RA cuando ocurre: de lunes a viernes de 8:30 a 14:00 y Sábados de 9:00 a 13:00.
LQS: -A esto nos referíamos cuando hablábamos de las entradas anafóricas. Cuestión que había planteado algunas dudas.
Juanele Sauce: -Surgen dos acepciones en los extremos del dial. Acepción celestial: una persona dispone de cierta cantidad de amor, pura, cristalina, y como barrilete vuela la persona por el aire con su amor flotando cuál cola de barrilete, libre, ciega, la famosa cola de amor de Gieco. Cada tanto otra persona, otra barrilete, se prende temporariamente a esa cola de amor, y juntos forman un único barrilete pero con dos armazones, los barriletes no tienen ojos como es sabido, no saben quién está del otro lado de la cola de amor, solamente perciben que vuelan acompañados por los juegos particulares que efectúa el viento sobre ellos. Luego un barrilete se desprende de la cola y pasa otro barrilete y se une, y luego otro y luego otro, y lo permanente es el amor entramado en esa cola de barrilete, pero abierto y disponible.
Acepción terrenal: una relación entre dos personas es abierta cuando se garcha entre ellos hasta que alguno de los dos encuentre un mejor garchador y suelte amarras, entonces, rumbo a ese nuevo puerto garchador. No sé porqué sospecho que esta última acepción es la más popular, y sobre ella me explayaré en las preguntas subsiguientes, volcando todos mis prejuicios como corresponde a una encuesta.
LQS: -Muy agradecidos, nosotros, porque usted no haya tenido prejuicios contra los propios prejuicios.
Silvina LO Re: "Cambiemos los ritos y los nombres cuanto queramos, suprimámoslos si así nos place; pero mientras tengamos un hombre, una mujer, unos hijos, una casa, tendremos la familia, que equivale a decir una pequeña sociedad autoritaria, celosa de sus prerrogativas, económicamente rival de la gran sociedad. (...) Y así como la vida colectiva resulta en parte de la suma de todas las vidas individuales, y así como los hábitos privados influyen grandemente sobre los hábitos públicos, será minada y poco segura la existencia de una sociedad que pretendiese regirse bajo dos principios contradictorios: el egoísmo de la vida doméstica y la solidaridad de la vida colectiva", fragmento de "El amor libre. Eros y anarquía", de Osvaldo Baigorria, compilador, Editorial Utopía Libertaria, Buenos Aires, 2006.
LQS: --Lo Re, usted ha entrado por la puerta política del tema. Gracias.
Juan: --El amor libre es un pleonasmo.
LQS: -¡Oh!
Juan: - Bueno, yo no sé qué decirle. ¡Cuidado con el perro! Muchos tienen uno y son la temeridad en casas enrejadas. Si pudiéramos soñar con cópulas doradas en las veredas de nuestras soñadas libertinas ciudades, como también cuando el perro se escapa movido por el aroma venéreo, no creo que tal liberalidad forzaría un cambio económico en la superestructura social. Puede ser que coja el rey con el plebeyo, pero que el plebeyo coja con el rey, son cosas de cenicienta. Ahora si toda sexualidad se anuda en el contrato de la índole que aquí se señala, el amor queda constreñido a su simple fórmula de comercio sexual, y el sexo anudado a razones económicas. Ahora bien, Ud. me dirá: todo tiene que ver con todo. Pero que un intelectual con sus maneras ideológicas venga a definir el amor asociado a esto o lo otro, es cosa bien suya y de sus experiencias. Esto más que una colectivización del amor, parece más una colectivización del sexo y creo que estaríamos en lo correcto al decir que el amor tiene su primacía en cuanto se experimenta individualmente, en cuanto es un concepto íntimo, que nace de la individuación y el desarrollo de la conciencia. Amor libre en todo caso, es no intentar defender la propia conducta amorosa echando mano de la ideología, por ser ella misma la que empequeñece el concepto.
La que suscribe (LQS) está teniendo dificultades para hacer entrar el tamaño de un fragmento de la vida en el tamaño de la página, por tal motivo, propone dejar el intríngulis aquí y seguir la semana próxima.
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