rosario

Martes, 12 de mayo de 2015

CONTRATAPA

Omnis immundus spiritus

 Por Pablo Bilsky

Era todo un ritual la previa. Ya empezaba a disfrutar con los preparativos. Cada gesto, cada movimiento lo excitaba de antemano. Cavilar, pensar en qué nicho se introduciría, también lo excitaba. Eran los prolegómenos que alargaban y profundizaban el placer.

De otro modo, la cosa era muy breve. Apenas un sacudón, un estallido intenso pero de pocos segundos. Por eso lo excitaba dudar, elegir en qué especialidad, en qué sección de las muchas ofrecidas ingresaría. Qué visitaría esta vez, a quién se lo haría, pensaba, en términos de viajero, o de mirón. Pero un mirón privilegiado que tenía ante sí una cantidad casi infinita de posibilidades.

La realidad virtual tiende a infinito, pensaba. Y eso, a la hora de ejercitar la imaginación, era fundamental. La mano, el cerebro y la máquina en íntima conjunción.

Después, una vez elegida la especialidad, se dedicaba a buscar entre la pila de diarios y revistas viejas, o no tanto. Utilizar para esos menesteres el diario del día, o una revista de reciente edición, que no había terminado del leer, tenía un valor suplementario en la búsqueda del placer.

También en esa instancia hacía una elección, no del todo azarosa. Pensaba, cavilaba. En el sentido más práctico, la tarea se limitaba a extender un pliego, bien abierto, bajo el escritorio, por una cuestión de limpieza, para preservar el parquet. El papel era el receptáculo. Allí caería el resultado de sus acciones. Después haría un bollito con el papel pringoso y listo. Eligió un pliego con noticias internacionales. La cara de Jean Marie Le Pen le pareció preciosa, más que apta para recibir el producto de su placer.

Los misterios de Internet son insondables. Y le jugaron una mala pasada. Ya había acomodado todo. Las cortinas, para lograr la penumbra inspiradora. El nivel del volumen, altito, porque los gemidos cuentan, y mucho. Altito de entrada, después lo iría regulando, porque en cada video variaba. Estaba ya desplegado el papel receptáculo, estaba todo listo. Y hasta había elegido el nicho: MILF, decidió, mientras se desnudaba.

Pero la red invirtió los roles. Internet jugó con él. Se divirtió de lo lindo con sus ansias, sus expectativas y sus deseos. No se sabe cómo. Nunca se sabe cómo: apareció otro video, uno de C Span. No, no era la página que él había elegido. Era un sitio que reproducía actividades oficiales del gobierno de los Estados Unidos.

Era C Span. Clavado, inconmovible, inmutable, inapagable, inapelable. C Span clavado tozudamente en el discurso que pronunció el ex presidente Carlos Saúl Menem en Washington, el 14 de noviembre de 1991, durante su visita oficial al entonces presidente de EE.UU., George Bush (padre).

El desperfecto tuvo consecuencias devastadoras. Le produjo un brote. Una suerte de epilepsia, o rabia, o posesión. El volumen aumentaba solo, el video se repetía una y otra vez. Y no había posibilidad de apagar nada. Los parlantes bramaban. Las palabras del ex presidente se mezclaban con los gritos de la víctima.

El tipo colapsó, en todo sentido. "Quiero expresar mi honda satisfacción al encontrarme nuevamente en este gran país, cuyas instituciones y valores fueron y son ejemplo de la libertad y la dignidad humanas. Lo hago, además, con la satisfacción de haber recorrido un largo trecho en el camino transformador que mi gobierno se ha fijado", dijo Menem.

"Focos. Trasmigrar electrodomésticos, buzos de plush, guanos de lo suyo propio y guano lord, o plus, o plush", gritó. "Redundante el ano si es tu boca la que destila flatulencias tales. Bragas, lagos de plush, suave y endurecido plush. Yo quería una japa, señores, algo normal, algo modesto, pero apareció esta mierda infinita, no sé cómo, se colgó así, no sé cómo", vociferó. La espuma le empañaba las barbas y lo abrigaba, como colgajos.

"Nuestra convicción es, hoy, más firme que nunca. Para seguir adelante con la reforma del Estado. Las privatizaciones. La apertura comercial. El estímulo a la inversión extranjera. La desregulación", dijo Menem.

"Y ustedes, por favor, no me arropen con falsas sodas. Zen, Cachamay y Calabró. En ese orden, hasta quedar dado vuelta. Quiero Zen, Cachamay y Calabró, lo mío es eso. Las máquinas son los pollos del ser. La vida es: alitas, los cinco latinos de la sinrazón, Freak y Rockefeller. Quieto afán de pollos es el ser", dijo el tipo.

"Se renuevan los sueños proféticos de Whitman, entrelazados con las ilusiones de una sola y gran América, que enunciaron Darío, Martí y Sarmiento. Para ello será necesario que en todos y cada uno de los países de nuestra América se encuentren en plena vigencia la democracia representativa, el total respeto a los derechos humanos y una economía libre. Repito, en todos los países del continente, sin exclusiones", dijo Menem.

"Una japa a nadie hace mal. Un guasqueo querendón. Pero qué, si se me vino esto, este mulo mar, y no se detiene. En vez de salsa penetrada me dan el Caldo Gumersindos. En vez de vino soda faz. En lugar de anos abiertos como cielos, tolva, orinas sin guasqueo. Y Sarmiento. Las tetas enormes y frescas de Sarmiento. Las tetas de Sarmiento de pezones pequeños, apretados, como chocolatitos", agregó.

"God es god acá y en Chinón. Y bless es con e, bles, god bles, así nomás, y al carajo, como se escribe, suena. Pero no, Menem les cita las tetas a Sarmiento y aloquece, y dice yo le cambio las vocales al inglés, gud blis iu, dice, y ahí fue cuando me da la pataleta. Confía en que podamos cooperar estrechamente para eliminar los subsidios que distorsionan el comercio, tetas y bragas de Sarmiento, resultados concretos, dejando lugar a mercados cuya transparencia recompense a los productos eficientes", dijo.

La vecina de al lado había buscado ayuda. Casi una hora después de comenzada la gritería, los golpes, los pedidos de auxilio, lograron abrir la puerta. Guardia Urbana, policías, vecinos, médicos y paramédicos se agolparon en el departamento, en torno al cuerpo desnudo que se revolcaba sobre un charco de espumarajos.

La vecina había recurrido, en primera instancia, al joven sacerdote que vivía justo frente al departamento de la víctima. "Regna terrae, cantate Deo, psallite Domino, Tribuite virtutem Deo. Bueno, ya basta. No cuenten conmigo ni con Dios para arreglar este desaguisado espumoso. ¿Qué pretenden? ¿Qué pele, acaso, que rece, así como así, un Malleus Maleficarum para jeropas? Exorcizamus te, omnis immundus spiritus, omnis satanica potestas, omnis incursio infernalis adversarii, omnis legio, omnis congregatio et secta diabolica. Ergo perditionis venenum propinare...o seguí espumando che, más no puedo hacer", dijo el sacerdote.

"Vade, satana, inventor et magister omnis fallaciae, hostis humanae salutis. Iesu, quem inferi tremunt. Más no puedo. Lo único que me falta es exorcizar jeropas. Flaco favor le haría a la Iglesia, que ya bastantes quilombos tiene. Bujarrones y jeropas nos sobran. A Pancho en cualquier momento le hacen trillizos. Por eso se refugia en Santa Marta, para huir de los bufanderos, y de los gamberros del banco Vaticano. Está lleno de yiyamuranos allá. Nunca tomés un té con esos tipos. Frankie se hace traer el amargo Terma desde acá, y lo prueban cinco monos antes que él, y los hace orinar y caminar derechito y después sí", agregó.

"Humiliare sub potenti manu Dei; contremisce et effuge, invocato a nobis sancto et terribili Nomine Iesu, quem inferi tremunt. Gloria Patri. Sigue la espuma. Buenas noches", dijo el cura antes de retirarse.

"Llamen a un lagomarsinos o como se llamen esos mierdas, llamen a uno de esos hijos de puta que saben de computación, pero apaguen esa mierda ya, es insoportable", dijo un policía. "O lo apago de un cuetazo. Espero diez y lo apago de un cuetazo", dijo. Pero no esperó.

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