CONTRATAPA › FOTOGRAFIANDO LA ZONA
› Por Adrián Abonizio
"La mujer es algo indefinible, sencillamente porque es bella y necesaria para convertirnos en hombres, pero a la vez, porque representa nuestra parte más oscura". Dixit fellini. La versión romana de aquello que "la mujer es lo negro del mundo". Lennon dixit.
Ella gritaba en el orgasmo, tanto que a él le daba vergüenza. Y no solo eso, sino que empezó a desconfiar de la legitimidad por la explosión del fervor exagerado. Nadie que gusta de algo lo va a exteriorizar durante tanto y con tamaña fuerza centrípeta: asustaba tanto la energía como si proviniera de algo presumiblemente ficticio. Además lo besaba en público de una forma exasperantemente libertaria: como si en cada beso hiciera una revolución. Eso le molestaba: la falta de privacidad y la parafernalia de una demostración donde faltaban truenos y cohetes para dar sentado que el amor y la libertad existen. Secretamente lo exasperaba. Además, le sugirió que no lo hagan, por ejemplo, en un ómnibus: había descubierto una vez un hombre tan solo, pero tan solo, que le dio pudor mostrarse vital en amores, cuando el otro debería andar famélico. Era solidaridad con los de su especie. Cuando se lo comentó, ella puso cara de nada sin entender su recato, su honestidad. -Sos un débil...¡Te da verguenza mostrar al mundo que me querés!, le respondió con crudeza. ¡Sos un machista, sos!
Abrir las puertas para que pasen ellas; saludar con elegancia y buen tono; servirles el café primero que a los hombres; oírlas como si lloviera a pesar de que dicen guarangadas como si fueran una hinchada de fútbol y hablan mal de los hombres hasta que siente incomodidad. Trabaja en la oficina limpiando, llevando y trayendo cosas. Lo tratan tan mal que lo usan como a una máquina a la que dan órdenes, como a un esclavo homínido, tanto que hablan en su presencia de tópicos personales como si no existiera. Eso, ese conjunto de hechos lo lleva a pensar que son ingratas y traicioneras las mujeres, deduce el Correntino que no sabe de machismos ni vericuetos filosofales de género.
Ahí van ellas, frondosas, altaneras, pariendo hijos, robustas en su reinado. Nadie lo sabe o no lo quieren decir pero han perpetrado la peor de las traiciones: dar vida para anular la propia. Y eso lo ven como el sacrificio de la abeja que deja el agujón para luego morir o como la mamá pato que es capaz de inmolarse para salvar la cría del cazador. La naturaleza es sabia y brutal cuando se ensaña. Ellas ambicionan glorificarse a través de la maternidad. Pero en el fondo saben que es lo único que pudieron hacer con sus vidas: multiplicarse como si ello fuera algo bendito y no apenas una ecuación matemática. No tienen problemas económicos. Sus esposos las mantienen. Y continúan pariendo entre inconcientes y santificadas, acusadoras de un universo que no se compadece con ellas, de su pérdida del cuerpo joven, la ausencia de brújula y de vocación mas que parir, parir y seguir pariendo. Pero esto no se dice, no se puede ni pensar ni mencionar. Es cruel y machista a la vez.
El sabe o cree saber -a nadie le ha confesado su presunción -que llegado un momento de la pareja las hembras atacan a su compañero de cacerías y juegos haciendo recaer sobre ellos sus frustraciones o la marejada invisible de presumibles cambios hormonales. Lo presiente como una herida o no sabe determinar si es su caso aislado el que lo conmueve y lo confina siempre a desconfiar de su certeza. Finaliza la escena temiéndoles y abandonando toda posibilidad de amoríos. Y se odia pensando aquello de "son todas iguales".
Cuando son una pareja de mucho tiempo, el desmoronamiento es inminente y se asemeja a corteza que cae, a los deshielos. En el hombre se evidencia porque inclinan el cuerpo hacia adelante, en ellas su cuerpo se distorsiona. Creo que impiadosamente, la edad es tremendamente más despiadada con ella que con ellos.
Es bien pensante, progresista y accede a pensar que la degradación de la mujer como objeto le produce naúseas. Está en contra de la trata, la publicidad machista, de la explotación de las damas y siempre se comporta como un caballero casi feminista. Hasta ha ido a marchas por sendas reivindicaciones de género. Pero cuando nadie lo ve accede a las páginas porno especializadas en sometimiento sexual de las chicas, jovencitas especialmente.
El tipo es un especialista en cuentos y dichos. Admira a Del Sel. Es un profesional que vive del humor. En rueda de hombres que lo han contratado desgrana sin parar:
-¿Qué tienen las mujeres una vez al mes y le dura tres o cuatro días?
El sueldo del marido.
-Google es como una mujer, no te deja terminar una frase cuando empieza a sacar conclusiones y a hacer sugerencias...
-¿Por qué las mujeres no pueden jugar al ajedrez? Porque no pueden estar cinco minutos sentadas y calladitas.
-¿En qué se diferencian las mujeres de las niñas pequeñas? A las niñas las llevás a la cama y les contás un cuento, y a las mujeres les contás un cuento y las llevás a la cama.
-¿Por qué las mujeres ven las películas porno enteras? Porque creen que al final se van a casar.
-Se encuentran dos amigos y le dice uno al otro:
Mi mujer conduce como un rayo.
¿Tan rápida es?.
No, es que siempre va a parar a los árboles.
-¿Por qué el hombre piensa más de lo que habla y la mujer habla más de lo que piensa? Porque el hombre tiene dos cabezas y la mujer cuatro labios.
Luego de ser ovacionado se va a su casa donde lo ha de recibir una vivienda en penumbras, heladera vacía y silencio culpable. Es que sabe que nada sabe de mujeres y que las ha espantado a pesar suyo. Pero es un gran contador de chascarrillos y de ellos vive. Se sirve como todas las noches whisky a mares. Y llora sin lágrimas en su camita de viudo eterno sin esposa.
Nada alcanza. Es como la novia que tuve y que al referirse a que su novio le pegaba le repliqué porque no lo dejaba -Porque estoy acostumbrada... ya lo dejé una vez, pero me dió lastima... No sirvo para la libertad", graficó, mirando por la ventana de un triste hotel por horas donde consumió la última dosis de esperanza por el género humano femenino. Y fue hace mucho. Aún no sabe como sobrevive con esa pena encima.
"Las negritas se embarazan para tener la Asignación Universal por hijo", dijo Miguel Del Sel en el 2015.
"¿A que mujer no le gusta que le digan por la calle que tiene un lindo culo?", dijo el ingeniero Mauricio Macri. Dos preclaros elegidos por el pueblo. Ejemplos probos de decencia ética y miradas amplias sobre el sexo "opuesto".
Finalmente Miss Colombia, Ariadna Gutiérrez, concedió una entrevista para hablar sobre su coronación como Miss Universo por error y lo que este episodio le ha traído. Era para su contrincante y tuvo que devolver el cetro en escena.
Hablando para la radio, Ariadna indicó que está lista para continuar con su vida, además de encontrarse estudiando todas las propuestas laborales que le llegaron después de su participación en el concurso de belleza. Y que, paradójicamente, vinieron después de que lagrimeó en cuanto medio se le interpuso.
La reina por un minuto de origen colombiana indicó que no había querido dar entrevistas porque "tenía que hacer el duelo sobre lo que pasó". El tipo lee la información y se oye mascullar: "Que turra, llora pero va a tener trabajo seguro", y otra de subido tono sexual "Claro, el que no llora no mama", y cierra el diario satisfecho. No acusa la torpeza del error macabro del jurado. No existen. Ella es culpable por ser bonita e "histérica" según su rumiar de macho cabrío.
Desde aquella costilla de Adán, "el pecado original", pasando en raudo vuelo de escoba por Aristóteles ("La mujer es como un animal doméstico"); Platón ("La mayor virtud de la mujer es el silencio y deben ser consideradas un poco más que un esclavo y mucho menos que un hombre libre") hasta las torturas de la Inquisición; los zaristas y su manual de cómo aprender a pegarle a una mujer sin matarla, toda Europa medieval, el mundo árabe y su "mal menor" llegamos a Mirtha Legrand y sus dichos, más los del Excelentísimo señor Macho Presidente, debo pensar que el mundo fémino lleva adelante un combate desigual todo el tiempo, sin dios ni armas. Solo las marchas y los gritos de justicia. Y a veces con las propias mujeres traidoras a su clase enquistadas en la moda, el consumo y la generación de hijos pródigos, tan brutales como machistas. Nenes de mamita.
Casa de trabajadores. Almuerzo familiar. Le achacan al tipo que critica a su colega taxista que maneja mal y que lo expresa por su condición de mujer. -No, reverbera el tipo. -Hay minas que manejan para el orto y por ser mujeres uno no las va a defender. Las señoras que se encuentran sentadas a la mesa; familiares que están almorzando, murmuran que con "este tipo machista y bruto no se puede hablar".
-Parecés Guillermo Moreno, esgrime una. -Es una bestia, concluye otra. El tipo solo se peina el cabello ralo y para no putear se sirve un vinacho. Eructa a propósito y antes de salir a la jungla les recuerda que la comida que han ingerido ha salido de su bolsillo. Y que ahora, sin Moreno que defienda los precios sale más cara. Y da las buenas tardes. Cuando cierra la puerta su cuñada comenta: -Le falta roze al pobre, es solo un peronista más.
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