rosario

Sábado, 26 de enero de 2008

CORREO

Bermúdez

Con motivo de conmemorarse el 195º aniversario del combate de San Lorenzo y del tránsito del Coronel José de San Martín y el Regimiento de Granaderos a Caballo a su mando por lo que hoy es Capitán Bermúdez, tendrá lugar en el Paseo de las Postas, sito en calle Celedonio Escalada y Entre Ríos, un acto el próximo día sábado 2 de febrero a las 20. El acto contará con la realización de una parada militar y una guardia de honor por parte de efectivos del Regimiento de Granaderos a Caballo. Dicho marco será propicio para rendir honores a nuestro héroe epónimo, el Capitán Justo Germán Bermúdez, quien a resultas de las heridas recibidas por su actuación en dicho combate pereció el 14 de febrero de 1813. Será una hermosa oportunidad para rendir honores a nuestro héroe máximo, a tan gallardo e histórico regimiento y al combate que cubrió de honores y gloria a las armas de la patria, comenzando en aquellos campos de San Lorenzo, el camino de la emancipación americana. Un recordatorio que refuerza nuestro compromiso diario con los altos valores de la patria.

Fabián Varela

Intendente de Capitán Bermúdez

Dos ciudades

Hay náufragos en las ciudades modernas, náufragos de un naufragio selectivo, figuras sombrías que deambulan como espectros frente a la indiferencia de muchos en trajín de las grandes urbes. Ezequiel Martínez Estrada los retrató con singular agudeza en su libro La cabeza de Goliath. El sociólogo Georg Simmel explicó el desarrollo de la indolencia como actitud de los urbanitas en la supervivencia frente a los múltiples estímulos que presentan las sociedades de masas y la neurastenia que generan. Rosario, ciudad que exhibe a cada paso las señas de una prosperidad nacida del éxito internacional de la transacción en ciertas materias muestra cada vez con más vigor los rasgos de la exclusión social que no se detiene, en efecto, cada vez más se observa en las calles personas que duermen a la intemperie, que no cuentan con un techo para refugiarse del calor, de la lluvia, que no tienen a su alcance ni siquiera a lo básico. En tanto las torres de edificios se multiplican y el acceso a la vivienda para trabajadores con empleo o sin el es cada vez más difícil. Paradojas de un desarrollo desigual y combinado a un modelo dependiente, de capitalismo periférico, prebendario. Charles Dickens, quizá el cronista más brillante de los efectos sociales de la Revolución Industrial afirmaba en uno de sus relatos: "Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. Todo lo poseíamos, pero no teníamos nada; caminábamos en derechura al cielo y nos extraviábamos por el camino opuesto. En una palabra, aquella época era tan parecida a la actual, que nuestras más notables autoridades insisten en que, tanto en lo que se refiere al bien como al mal, sólo es aceptable la comparación en grado superlativo". Como vemos las palabras de arriba casi nunca coinciden con la realidad de abajo. Para reflexionar y actuar.

Carlos A. Solero

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