Pinturas y principios

Resulta casi un espejismo el observar a los altos funcionarios, pincel en mano acondicionando edificios esclares. Pero más allá del efectismo mediático muy caro a los políticos de profesión, lo importante es analizar qué pasos se dan hacia el afianzamiento o la erosión continua e imparable de la educación pública.

El neoliberalismo, caracterizado por la huída sin previo aviso de la instancia estatal respecto a sus autoproclamadas obligaciones desde la Modernidad, instaló el postulado de delegar sin más en la sociedad civil todo aquello que ésta está en condiciones de hacer. Pero y aquí surgen las contradicciones, la misma maquinaria estatal sigue imponiendo tributos a la población, la asfixia y no retribuye en consecuencia, con lo cual podemos encontrarnos con que Ministerios como el de educación de la Nación no tienen escuelas a su cargo y sin embargo las partidas de salarios a los docentes siguen siendo motivo de conflicto por el regateo y las trampas gubernamentales.

Dijimos espejismo y entonces simulacro, apariencia de movilización general. Una movilización que encubre un trasfondo de deserción y nuevas exigencias para las mujeres y hombres de a pie.

Si algo ha caracterizado al socialismo como propuesta transformadora a lo largo de la historia ha sido la idea de igualdad, pero las influencias pragmáticas de esta modernidad tardía en el capitalismo periférico muestra como se diluyen principios y la ética del debe ser se va reemplazando por simulación del que parezca como que.

Nosotros seguimos convencidos que los recursos del pueblo deben ser para emanciparlo de los yugos y no para imponerle nuevas cargas.

El socialismo se construye desde abajo hacia arriba pero con firmes convicciones de cambio y vocación para la lucha no con simulacros.

Carlos A. Solero

casolero_1@hotmail