¿Qué es esto?

Las reivindicaciones sectoriales y la puja por la apropiación del excedente nunca fueron incruentas. La historia social de los pueblos registra la memoria de las luchas. Nunca los derechos sociales emergieron de amables diálogos. La sangre, el lodo y el estiércol tiñen las luchas de clases. El nivel de violencia material y simbólica ha sido variable, pero Latinoamérica ha sido testigo de maniobras de horror y espanto sólo para garantizar la continuidad de la expoliación capitalista, imperial, rapaz, impiadosa. No es, no ha sido jamás, la sensibilidad, el imperativo de la acumulación. Es el egoísmo el emblema principal del sistema implantado desde el siglo XVIII. Por eso el derrame de leche producido días atrás, frente a la indiferencia de la mayoría de los referentes sociales del país no es más que otra muestra de hasta donde están dispuestos a llegar los ideólogos del lockout patronal agrario. Décadas atrás propiciaron el derramamiento de sangre humana, en el presente no les importa derramar leche aunque los niños perezcan y crezcan desnutridos. Sobrados motivos tenemos para la lucha cotidiana, resistiendo solidarios en el largo camino hacia una sociedad basada en otros parámetros a favor de la justicia social y el respeto a cada cual en sus derechos y libertades. Sin libertad para oprimir, ni explotar.

Carlos A. Solero