Golpistas

Al provocador diálogo de Biolcatti (presidente de la gorila Sociedad Rural) y de Marianito Grondona (escriba de los milicos) expresando sus deseos de que Cristina Fernández no llegue al 2011, se agregan por estas horas las buenas nuevas del ruralista con la provocación lanzada sobre Eva Duarte y la candidatura de Nacha Guevara.

Absolutamente repudiable y altamente desestabilizadoras. Destituyentes para entenderlas en nuestros días.

Y hay más: De Narváez y Macri (que son lo mismo) hablan de preparar "la transición ordenada para después del 28", léase: Cristina debe irse antes del 2011.

Sin embargo no se han escuchado de parte del coro estable derechista y pseudoprogre ningún repudio, ninguna observación. Por lo tanto debemos inferir que Carrió, Solá, Menem, Juez, Binner, Duhalde, Morales, Reutemann o el propio Pino Solanas, entre otros, acuerdan con esas posiciones y opiniones.

Este es un razonamiento lógico, indiscutible, contundente, y si le agregamos que ninguno de los periodistas "estrella" de nuestra TV, diarios y radios, han sostenido comentarios repudiando esas afirmaciones debemos pensar con toda razón que son cómplices de esas afirmaciones.

Por lo tanto quienes no pensamos de esa misma manera tenemos todo el derecho a decir que esa fauna gorilo-golpista actúa, opina, provoca con total y absoluta impunidad para crear condiciones favorables, y no sólo a la hora de votar, para acciones violentas, destituyentes, caóticas, peligrosas, provocativas, en contra del proceso democrático.

De manera que podemos utilizar con toda libertad la calificación de clima pregolpista a esas acciones que aparecen cada vez más como parte de un plan preestablecido para desestabilizar, y volver -de la manera que sea- nuestra historia 30 años para atrás.

Quién pueda rebatir estas sencillas argumentaciones que lo haga, mientras tanto quienes piensan de ésta manera debemos redoblar los esfuerzos para esclarecer a quiénes hay que votar en las próximas elecciones y evitar que un parque jurásico lleno de derechistas pretenda alzarse con el triunfo en las urnas. Así de sencillo.

Héctor Marinángeli