CORREO
Los ciudadanos comunes de la sociedad, hombres y mujeres de trabajo y del quehacer diario, no nos explicamos el porqué de esta feroz reacción publicitaria a través de la tv y cadenas de radios; es como si hubiesen despertado de un letargo de años, de un sueño placentero y desinteresado de lo que ocurre en nuestra sociedad. Ellos se sentían intocables, protegidos por su poder económico, seguros de su viaje social en un barco de primera clase sin pensar que hasta el Titanic naufragó... Y este es un barco averiado en el cual vamos a naufragar todos.
¿No será que esta reacción en cadena la originó la estatización de las AFJP, o las hectáreas de soja, o la ley de radio difusión...? Y buscaron la excusa social, que nunca les interesó, y tomaron banderas populares para defender su status.
Yo, un simple ciudadano trabajador, jubilado con la mínima, gracias a una ley reciente, los llamo a una reflexión y a tener memoria: el hambre y la miseria no es de hoy; el saqueo social que fortalece la acumulación de capitales en un sector pequeño de la sociedad viene efectuándose hace décadas; y fueron los señores que agrandaron su campo con ese saqueo y se fueron al norte a comprar tierras baratas, sin importarles el futuro de los pueblos originarios...
Algunos se animaron a emigrar a la ciudad. Y esos hombres y mujeres con sus niños, fueron y son alimentados con la ayuda de gente tan humilde como ellos. Y ustedes, capitalistas, aprovechan las circunstancias para demostrar su bondad, que es la bondad de Pascual: "Primero te enfermo y luego, te regalo el hospital".
Si el gobierno de turno no tiene el poder suficiente para gobernar, es porque no nos hemos dado cuenta que el capital hereje siempre quiere más.
Por esto, debemos humanizar el capital: el capital debe poner la fuente y la mujer y el hombre, el trabajo. Esta es una conjunción necesaria para formar una sociedad feliz, con salarios dignos y así, poner en marcha el engranaje social económico; pagando los impuestos construiremos seguridad, escuela, salud y terminaremos con los enfrentamientos estériles que sólo nos conducen a la violencia. Y ya tenemos pruebas suficientes de los resultados.
Entonces dejemos de echarle la culpa a quien no la tiene. El presente pertenece a una larga secuela de injusticia, que jamás viene del pueblo humilde, sino que siempre comienza del poder económico.
Yo también trabajé toda mi vida, como muchos, y no tenemos lo que ustedes tienen.
Abraham Yofra
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