Mar 03.08.2010
rosario

CORREO

Objetor

En primer término deseo felicitar a la periodista Alicia Simeoni, de Rosario/12, que con decisión y valentía escribió el excelente artículo "Los que no quieren pero tienen poder de decisión", así como la insólita entrevista, con ultramontanas y vergonzosas declaraciones, realizada al Jefe del Servicio de Ginecología del HECA, que se erige en el "primer objetor de Rosario" al negarse a que se practiquen en el mencionado hospital público abortos, esterilización y uso de "anticonceptivos hormonales o de emergencia que puedan provocar un aborto" (sic).

Creo que la primera cuestión que habría que aclararle al mencionado profesional es que él tiene todo el derecho de ser "el primer objetor" y sostener sus convicciones y defenderlas, siempre que lo haga desde su consultorio o sanatorio particular y no desde un ente público municipal.

Me preocupa que en este momento, se tenga que confeccionar un "padrón de objetores" en los hospitales públicos, justamente cuando tantos argentinos nos hemos alegrado con la aprobación del matrimonio igualitario y cuando pareciera que ¡¡por fin!! se empiezan a descorrer velos sobre tantos temas que el oscurantismo religioso.

Creo que si bien el tema es conflictivo, ya que roza convicciones personales y muy íntimas, la legislación no entra en discusión. Más cuando existen cifras alarmantes de muerte en mujeres jóvenes que a cualquier sociedad avergonzarían. En este sentido me parece tremenda la aseveración del Jefe del Servicio del Heca, cuando dice que la muerte de "33 mujeres es una cifra bajísima" respecto de los 700.000 abortos que se practican. Habría que recordarle al doctor Pineda que para un médico la vida de una sola mujer o niña es lo suficientemente importante.

Creo que lo más preocupante es que el mencionado "objetor" no sólo es jefe de un servicio de un hospital público, solventado con los impuestos de todos los argentinos, sino que también ostenta como blasón personal el hecho de ser profesor titular de la Universidad Nacional de Rosario. Y acá me he sentido involucrada porque también soy docente universitaria desde hace mas de 30 años y es precisamente desde la Universidad donde sostengo que debe propiciarse el pensamiento "divergente".

Por último, quería agregar que también como el entrevistado tengo 67 años (y agrego para el caso 3 hijos y 6 nietos) y que nunca tuve necesidad de practicarme un aborto, porque nunca fui niña violada, porque no tuve un hogar carenciado y porque mis hijos no fueron producto de un accidente o del olvido de una pastilla, sino del consentimiento mutuo de una pareja, que es como debe gestarse una nueva vida.

Maria Celia Cortiñas

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