CORREO
Los jóvenes toman colegios porque no se hacen las obras comprometidas, ni tienen calefacción, además se caen los techos de sus colegios. Se portan mal. No acatan la autoridad. ¡Que horror!
Los padres pobres reclaman la asignación universal por hijo en miserables escuelas privadas, donde abonan dos pesos de cuotas de cooperadoras escolares, y cortan calles o rutas. Hay que disciplinarlos.
Los trabajadores reclaman por la continuidad de su trabajo. Se portan muy mal.
Irresponsables ambientalistas reclaman por agrotóxicos, minería a cielo abierto, desaparición de bosques, glaciares, especies en extinción. ¡No pueden contrariar los mejores negocios!
Otros trabajadores son acusados por el presidente de la Unión Industrial, porque pretenden participar en las ganancias, ya que hasta el momento han participado exclusivamente en las pérdidas.
Los excluidos reclaman ingresar a este sistema capitalista injusto, se los trata como delincuentes. ¡Su conducta es reprochable, qué pretenden!
Otros jóvenes, que trabajan o buscan trabajo, se educan o pretenden acceder a la educación, la cultura, al conocimiento, son reprimidos por ser pobres o aparentarlo, por pretender divertirse colectivamente. ¡Intentan quebrar el orden cívico! ¡Son drogadictos, motochorros, los principales culpables de la inseguridad! ¡Eso es terrible! ¿Adonde va la juventud? ¿Qué futuro nos depara?
La patria parecería ser esa propiedad privada de quienes fomentaron las torturas para quedarse con empresas rentables. O aquella que corta las rutas para no pagar impuestos, que alimentan a los pobres que ellos mismos expulsan hacia las villas urbanas. ¿Cómo pretenden utilizar "su" dinero para hacer escuelas u hospitales para pobres? Alguna conversa dirigente política, dijo que la patria son Clarín y La Nación.
¿Alguna vez les sacaremos la careta a quienes fueron cómplices de dictaduras, de políticas económicas neoliberales necesariamente corruptas? A quienes vendieron el país, desde sus cargos políticos, empresariales, eclesiales, o comunicadores mediáticos subordinados a sus patrones.
Si tomáramos a estos jóvenes como eje de resistencia, abriéramos un poco la cabeza, dudáramos un poco de la TV estupidizante, quizás podríamos llegar a conclusiones totalmente contrarias al pretendido pensamiento único. Gracias a los jóvenes por resistir.
Como dice don Eduardo Galeano: "El mundo está Patas Arriba. Sin el derecho a soñar, los demás derechos se morirían de sed".
Oscar Belbey
Secretario general Partido SI
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