CORREO
Central
Recuerdo que Rosario Central siempre se caracterizaba por tener en sus planteles de primera división jugadores con extraordinarias cualidades futbolísticas. En condición de visitante era respetado, los adversarios debían estar concentrados durante los 90 minutos de juego, además de equivocarse lo menos posible en el traslado de la pelota. Y ni hablar cuando venían a Arroyito. Para equipos como Boca, River, San Lorenzo, Racing, Vélez; por citar algunos, era sumamente riesgoso, olfateaban la derrota ni bien ingresaba el colectivo a Rosario.
En distintas etapas, desde el comienzo del campeonato Central era protagonista, el periodismo se encargaba de señalarlo como candidato, o como uno de los animadores del torneo. Porque no solamente se veían en la cancha profesionales con buena técnica individual, también mostraba un estilo de juego que le gustaba mucho a sus hinchas. Lo que transmitía el técnico Angel Zof, por ejemplo, era precisión en los pases, hacer circular el balón por abajo y no por arriba, libertad para gambetear cuando sea necesario, llegadas con pelota dominada al área contraria. Así jugaba Central.
Los centralistas que vieron jugar al "chiquilín" García, el "loro" Gaitán, Eduardo Bacas, el "pato" Gasparini, Omar Palma, Félix Orte, Oscar Trama, el "pichi" Escudero y otros tantos tanto talentosos que le dieron al club grandes satisfacciones; se resisten a aceptar que en los últimos años no hayan aparecido futbolistas con características parecidas, al menos.
Nadie imaginó este presente. Ningún canalla pensó esta debacle institucional y deportiva. Hoy, la deuda del club y los resultados en cada partido instalan una tristeza inmensa en todos los simpatizantes. Central perdió todo lo bueno que hizo en décadas anteriores. Dilapidó la esencia futbolística. Parece que olvidó su pasado. Y lo preocupante es que ya no le tienen respeto. Vino al Gigante de Arroyito Defensa y Justicia y rescató un punto, luego llegó Almirante Brown y se llevó los tres puntos. Todo equipo que juega en la cancha de Central crea situaciones permanentes de gol, llega con facilidad al área, tiene la pelota varios minutos, hace tiempo simulando lesiones, maneja el partido, se hace invulnerable con dos líneas de 4. ¿Pero qué es esto? ¿Cuándo le hicieron eso a Central? ¿Nadie reacciona? ¿Nadie dice basta? Central es un grande del fútbol argentino, por ello los 11 titulares designados por Rivoira deben dejar todo en cada partido. Entiéndanlo, muchachos.
Marcelo Malvestitti
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