Voces de la Pampa

La Pampa, vasto territorio evocado de modo bucólico y pintoresco forma parte de la mala conciencia de las clases dominantes de la región.

La Pampa, las pampas, arrebatadas a los pueblos originarios de modo sistemático desde el siglo XIX, sirvieron para la acumulación originaria de capitales a saladeristas y ganaderos, a la par que como herramienta domesticadora de la fuerza de trabajo con las levas forzadas.

La Pampa es dicha, contada y relatada casi siempre desde la óptica de los conquistadores y vencedores en la apropiación violenta de las tierras. Lo que aparece sólo en retazos es el exterminio sistemático de figuras a las que mitifica o coloca en la categoría de leyenda para silenciarlas: indios, negros y gauchos.

La reciente reedición del libro de ensayos del poeta catamarqueño Luis Franco vuelve a poner en el tapete las voces de los viajeros, los mercaderes, los funcionarios y amanuenses de los terratenientes, de los oficiales de frontera.

Es extraordinaria la recopilación de documentos y testimonios que nos muestran como se amasaron las fortunas que aun persisten y cuál es la genealogía de los poderes económicos, políticos y sociales persistentes. La Pampa habla desde el silencio de los estigmatizados por los vencedores, un silencio que aturde, pero queda constancia de la resistencia de las maloneadas de autodefensa, de las emboscadas y encerronas para la expoliación impiadosa contadas como gestas por los escribas de los latifundistas.

Aquellas voces de la Pampa nos siguen interpelando sobre todo en estos años en los que las megacorporaciones, los grupos de siembra y mercaderes atacan la biodiversidad, desertifican y desforestan por el afán de implantar el monocultivo sojero. Voces que resuenan desde lejos y retumban en el presente.

Carlos A. Solero

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