Cooperadora irregular

Las reparticiones gubernamentales, del país, y de nuestra provincia, son las encargadas de controlar las actividades de asociaciones que, perfectamente autorizadas por el gobierno, tienen como objetivo desarrollar actividades de apoyo y benéficas. En este caso me refiero específicamente a las asociaciones cooperadoras de los hospitales públicos y, especialmente, a la Asociación Cooperadora del Hospital Vera Candioti, a la que, siendo socio, hemos visto que desde hace varios años no concurren controles asiduos como se acostumbraba antes. Esto ha motivado el enquistamiento, a la cabeza de su Comisión Directiva, de su presidenta, que deja que desear, conduciendo una entidad de esta índole acompañada de gente sin conocimientos profundos en el tema e imponiendo sus decisiones en forma arbitraria. Son innumerables las irregularidades que desde ahí se emanan, y en conocimiento de la gente del Hospital, sus autoridades y los organismos gubernamentales pertinentes, pero la última irregularidad no se puede soslayar, ya que durante el año 2010 funcionó con una Comisión Directiva ilegal, según lo especifica el Art. 44 del Reglamento General de Asociaciones Cooperadoras emanado de la Dirección Provincial de Entes Comunitarios que no permite que el cargo de Síndico sea ocupado por miembros que tienen a familiares ocupando otros cargos en la Comisión Directiva. Y lo que es peor, con conocimiento de los miembros de dicha Comisión, como lo reconoció ante los concurrentes a la Asamblea General Ordinaria realizada el día 30 de abril pasado, por el 1º Vocal Titular señor Horacio Boero, padre del Síndico actuante en ese período. Aparte, el llamado a elecciones para renovar autoridades, realizado en esa misma asamblea, no cumplió con los requisitos que exigen las leyes pertinentes, y no se permitió incluir un tema por decir la presidenta que no estaba en el orden del día, cuando el Art. 19, inciso d, del reglamento antes nombrado lo permite, lo que demuestra, por parte de los miembros que componen dicha Comisión, un total desconocimiento del propio estatuto y del reglamento que rige a estas entidades cooperadoras. Deseo que de una vez por todas (y para el bien de la Institución y a fin que el Hospital tenga una entidad que se dedique a apoyar y colaborar con sus autoridades, personal, profesionales y sea la Institución de salud que deseamos quienes tenemos pacientes discapacitados que son atendidos en el mismo) no se tomen soluciones fáciles y con liviandad por parte de los organismos gubernamentales correspondientes, y que con el tiempo se olviden las infracciones e irregularidades. Y que, de una buena vez, se proceda a aplicar las sanciones correspondientes según lo especifica el Art. 49 del Reglamento General de Asociaciones Cooperadoras y la Institución sea intervenida a fin de ordenar el caos que en estos momentos impera en esa Cooperadora, y se realice la correspondiente auditoría.

Héctor E. Olivera