¡Nunca más otro Roque!

Los hechos sucedidos durante la noche del pasado lunes en Barrio Tablada, cuyo lamentable saldo fue el asesinato a sangre fría del joven Roque Fernández, de veinte años de edad, desencadenaron una serie de hipótesis por parte de los distintos medios de la ciudad que no reflejan la verdad de lo sucedido y profundizan la estigmatización respecto de la cotidianeidad en nuestras barriadas. En principio es necesario aclarar la rotunda falsedad de la hipótesis del "ajuste de cuentas". Asimismo, es falsa la versión que presenta a Roque como portador de una "decena de antecedentes"; y atenta contra el más elemental de los sentidos comunes la aseveración que establece que Roque habría cumplido una sentencia de ocho años. De ser esto así, nos encontraríamos frente a la inmoralidad de que la Justicia haya condenado a prisión a un niño de doce años de edad. En este mismo sentido, el título escogido por el diario La Capital del martes 7 de septiembre no se condice con la realidad: no asesinaron a un "ex convicto", sino a un laburante y padre de familia; ¡Roque nunca estuvo preso! Frente a las versiones falsas difundidas bajo el amparo del testimonio anónimo, optamos por decir nuestra verdad. En primer lugar, Roque era un pibe muy querido en su barrio, un laburante que "paqueteaba" (compraba verduras en el Mercado para vender posteriormente puerta por puerta) incansablemente todos los días para llevar la comida a sus dos hijos. A diferencia de lo que aseguran algunas declaraciones, Roque nació y se crió junto a su familia en Barrio Tablada, no es cierto que se había mudado allí hace un mes. En lo tocante a que Roque portaba un frondoso prontuario, debemos aclarar que él contaba con dos antecedentes, ambos cuando era menor y datan de hace muchos años atrás; lapso éste durante el cual se dedicó a construir una familia muy unida y a trabajar incansablemente para alimentar a sus niños. Lamentablemente, ante lo doloroso de esta situación, nos vemos obligados/as a plasmar estas aclaraciones para que no se difame el nombre de Roque Fernández. Y, además y por sobre todo, porque el rótulo de "ajuste de cuentas" no es otra cosa que cerrar con celeridad un caso y de esta forma paralizar una investigación que debería hurgar en lo más recóndito y enquistado en nuestros barrios: la connivencia del delito organizado con las fuerzas policiales. No vamos a claudicar en la lucha para que se investigue y se dé finalmente con los responsables del asesinato de Roque. Continuaremos expresando que el problema de la inseguridad no se resuelve con más policía en las calles, mano dura o razonamientos similares; sino que hay que llegar hasta las últimas consecuencias para desbaratar la connivencia de las bandas delictivas organizadas con las fuerzas policiales.

Carmen Luisa Aguilera (madre de Roque) y Movimiento 26 de Junio