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Los niños a la Escuela

Días pasados, la comisión de Derechos Humanos del Concejo Municipal le dio la importancia que realmente merece a un proyecto de Ordenanza de mi autoría, el cual establece la escolarización de niñas, niños y adolescentes que hayan abandonado sus estudios primarios o secundarios o bien que nunca asistieron a un establecimiento educativo. La idea es que las vecinales de Rosario, que superan las cien en la urbe, suministren datos sobre desescolarización en cada barrio a través del contacto directo con maestros y directivos de los colegios y los residentes de cada zona, para luego crear un registro con la cantidad de chicos que no se han incorporado a la vida escolar.

Quiero destacar que, a partir de esta iniciativa, he tenido contactos con integrantes de algunas vecinales, quienes mostraron curiosidad por saber en qué consiste mi propuesta. Me ha llamado la atención un diálogo telefónico con una persona que pertenece a una vecinal de Rosario. Al conocer con más detalles el tenor del proyecto, inesperadamente para mí éste me dice que "está bien el intento de escolarizar jóvenes con el fin de sacarlos de la calle, pero no es el único recurso para ello". Y a continuación, afirma contundentemente que "acá la solución también pasa por volver a abrir los cuarteles y empezar a reprimir a quienes vagabundean en la vía pública". Al escuchar yo esos conceptos, pude responderle que no me parecía esa la manera de solucionar el problema de los chicos de la calle, que forma parte de un pasado nefasto para el país y que jamás debe repetirse.

La República Argentina necesita seres pensantes, reflexivos, idóneos, pragmáticos. Se llevan a cabo proyectos desde la racionalidad y no mediante actitudes violentas, patoteriles. Nunca más la dictadura en nuestro país, por favor.

Marcelo Malvestitti