CORREO
¿Y ahora qué?
Superadas las campañas electorales de los varios comicios realizados, sigue quedándonos la sensación de la inutilidad de cada una de las acciones desarrolladas y el convencimiento de que nuestra dirigencia política partidaria ha retrocedido, en lugar de haber madurado, crecido o fortalecido sus conocimientos para avanzar en la construcción de una democracia que nos asegure algunas décadas sin sobresaltos.
Con muy importantes asignaturas pendientes, amplias franjas de jóvenes que no trabajan ni estudian, postergados planes de inversión en la recuperación de las industrias básicas (ferroviaria, naviera, aeronáutica, etc.) y sin previsiones en materia energética para hacer un racional uso de nuestros recursos hídricos y desarrollar usinas hidroeléctricas que nos permitan electrificar el transporte ferroviario en el futuro, los planes de este Gobierno siguen atados al Plan Larking de sustitución del tren por camiones y ómnibus para mover cargas y pasajeros a lo largo y ancho del país con costos de entre cuatro a ocho veces mayores y despilfarrando millones de litros de combustibles líquidos.
El desarrollo de grandes emprendimientos productivos basados en los biocombustibles, que se muestra como emblemática decisión de "crecimiento agroindustrial", no es lo recomendable para el futuro de nuestra tierra arrasada con la soja, con la desplazada frontera agrícola y la eliminación de cientos de miles de hectáreas de bosques nativos que han provocado severas modificaciones climáticas en los regímenes de lluvias, lo que dio lugar a inéditas migraciones internas que han sembrado de asentamientos irregulares nuestras principales ciudades.
Es en estos comicios que gran parte del resultado, se deberá a las debilidades, errores, vacíos, confrontaciones estériles y falta de programas y propuestas creíbles de las fuerzas políticas de una mal llamada "oposición" y a un prolijo manejo del discurso por parte de la Presidenta, a la que nadie le niega su capacidad oratoria y que maneja con una ductilidad pocas veces vista en nuestros dirigentes partidarios e incluso en nuestros principales funcionarios, reticentes a debatir cuestiones de fondo de nuestra economía, realidad social y proyectos.
Tal que como se presuponía, ganó Cristina. Pero, ¿quién sacudió la estantería y recordó todas las asignaturas pendientes de estos últimos años?
Es deseable que el rumbo de la equidad distributiva se profundice, que el modelo contemple la recuperación de nuestros pueblos y ciudades del interior, para el desarrollo armónico de nuestras economías regionales.
Angel M. Contestí
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