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Sabor a impunidad

Siento una gran indignación, rabia, impotencia y dolor al ver que un genocida como Amelong, condenado a prisión perpetua efectiva en cárcel común por crímenes de lesa humanidad, pueda presentarse personalmente ante el Tribunal de Etica del Colegio de Abogados para reclamar que le permitan ejercer como abogado y recursar personalmente a varios de sus integrantes. Esto es una provocación, una burla una afrenta a quienes durante más de 30 años hemos reclamado por nuestros seres queridos. Esto tiene sabor a impunidad y lo puede hacer porque en el poder judicial los siguen apañando a través de fallos como el de la Cámara Penal, que revocó la resolución del Tribunal de Etica que le había suspendido la matrícula.

Todo esto merece un fuerte repudio de toda la sociedad, pero en especial de los que integramos la representación de los gremios, ya que la represión apuntó a destruir la organización de los trabajadores y esto se ve claramente ya que más del sesenta por ciento de los desaparecidos eran trabajadores.

Héctor H. Medina

Secretario de Asuntos Gremiales SI.TRA.TEL