Estructuras y espacios

¿Cuántas ciudades hay dentro de la ciudad? La pregunta parece extraña, pero la cuestión es que la fisonomía de las diversas áreas que conforman una urbe es una clara expresión de las relaciones de poder económico, social, político y simbólico.

El espacio en las sociedades estatalistas al fin y al cabo deviene en "territorio" y por lo tanto en motivo de conflicto. Centro y periferia, el alto y el bajo, la norte al sur, al este o al oeste de las vías férreas, en la costanera o en extramuros, etc son algunas de las variantes según la ciudad.

Es importante señalar que la estructuración de las ciudades es un proceso histórico y por lo tanto corresponde indagarlo a contrapelo como decía Walter Benjamin, para desnaturalizarlo, siguiendo la propuesta del sociólogo Pierre Bourdieu.

Se está operando en los últimos años en Rosario un fenómeno que no debería escapar de nuestra atención, es de la refuncionalización de tierras, sectores considerados hasta hace poco tiempo atrás marginales pasan a cobrar valor por la realización de obras de apertura de avenidas o provisión de redes cloacales, etc, pero esto no redunda en mejora de la calidad de vida para los habitantes más antiguos del lugar, sino en maniobras de hostigamiento y acoso por parte de empresas inmobiliarias que los denuncian como usurpadores.

Los pobladores de Nuevo Alberdi han padecido esto y hasta hubo hechos intimidatorios contra activistas sociales solidarios con los vecinos. En el presente la zona de terrenos de Maradona y Perú es el escenario de la avanzada empresaria y/o estatal.

Hay que decirlo sin vueltas: el boom de la construcción que se da en esta región no considera a los trabajadores sin vivienda, sino a las clases acomodadas, de altos ingresos y sólo a ellas.

Otra vez el afán de lucro pretende atropellar los derechos de los más desfavorecidos. Esto ampliará la brecha social y cimentará aun más las flagrantes injusticias.

No podemos, ni debemos callar, por tanto actuamos solidarios con los vecinos y su derecho a la dignidad humana.

Carlos A. Solero

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