CORREO
Inundadores
Es absolutamente reconocido que el agua del Salado entró a la ciudad de Santa Fe el 29 de abril de 2003 por la intersección del terraplén Oeste con el Hipódromo.
El por qué es claro: el sector conocido como tercer tramo nunca se hizo y quien tenía a su cargo la supervisión de la obra y el "Recibí Conforme" de la empresa que se olvidó de hacer 2.600 metros de terraplén. Era el interventor de la Dirección de Vialidad, Claudio Tibaldo. Lo sabían.
La afirmación "nadie me avisó" nos dice de la perversión en que nos sumieron. La afirmación del entonces gobernador Reutemann que se defendió diciendo que quien sabía y no "avisó" es responsable de lo ocurrido, es perversa. Pone a la máxima expresión institucional de la provincia en el rol de un relator pasivo de la situación, en lugar de asumirse como el máximo responsable del desastre que comenzó en el año 1994, cuando el propio Reutemann desarrollaba su primer mandato como gobernador y llevó adelante la primera licitación de una obra "imprescindible", como expresaron, para la ciudad. Lo sabían.
Es inexplicable que quienes confiaron parte de su vida, sus familias y sus bienes al Gobierno hayan perdido todo porque no se terminó un terraplén que hubiera costado un 3 por ciento del total del costo de la obra ejecutada. Más aún si recordamos que, en los días de la inundación, los funcionarios provinciales y municipales calmaban a la gente diciendo que nada iba a pasar. Y todos sabían.
Cuarenta y ocho días antes de la irrupción violenta del Salado en la ciudad, el diario EL Litoral titulaba en tapa "El Salado avanza sobre el sector oeste de la ciudad" (12-03-2003). Y el Director del INA, Carlos Paoli, confirmó que: "ya en 1992, por pedido expreso del primer gobierno de Lole, se hizo un pronóstico para una crecida del río Salado a razón de más de 3000 metros cúbicos por segundo (en la inundación, según el INA, fue entre 3300 y 3800 metros cúbicos por segundo). Según este funcionario, en 1992, "se estableció el mapa de hasta dónde llegaría el agua y es prácticamente el mismo espacio que fue ocupado en 2003". ¡Lo sabían!
Funcionarios y dirigentes conocían lo que venía.
Miles de santafesinos, abandonados, dejábamos nuestras casas con lo puesto. Algunos ciudadanos quedaron atrapados y perdieron su vida por el agua que en su desenfrenada irrupción ocupó cada hueco del Oeste santafesino.
Por eso nuestro objetivo no ha variado en 10 años: Exigencia de Justicia y Cárcel a los inundadores
Marcha de las Antorchas
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