Miércoles, 31 de julio de 2013 | Hoy
Exigencias
Me parece excesiva la cantidad de filtros que deben pasar aquellas personas que cuentan con posibilidades de ingresar a trabajar a una empresa determinada. En algunas compañías hay que afrontar hasta cuatro procesos de selección. Me pregunto para qué tantos.
Quizá, lo primero que se decida es pedir referencias sobre los empleos anteriores. Luego, el postulante es citado para que cuente su historia personal y laboral, independientemente de haber enviado su CV a priori. El paso siguiente es mantener una conversación con un profesional de la psicología, recibir en su domicilio a alguien que viene a evaluar cómo vive; cuáles son las comodidades que reúne en el interior de su vivienda y cómo es su barrio. A esto se lo denomina estudio ambiental. A posteriori, y si todo marcha sobre rieles, le presentan a la persona encargada del área donde deberá cumplir funciones. Después, mantiene una nueva conversación para saber si está de acuerdo con la remuneración que percibirá y con las tareas que le asignarán. A partir de allí, lo envían a realizar los estudios médicos pre laborales. Recién a las 48 ó 72 horas, si su estado de salud no reviste inconvenientes, le informan el día y horario para presentarse en la empresa. Todo el proceso señalado puede demorar un mes aproximadamente. Mientras tanto, la ansiedad, la falta de certezas, el nerviosismo al enfrentar varias entrevistas con distintas personas provocan malestar.
¿Son necesarias tantas evaluaciones sobre alguien que quiere trabajar y obtener así un salario que le permita vivir mejor? A mi criterio, no. Estamos de acuerdo en que son sumamente importantes la entrevista personal e información de los antecedentes para determinar el comportamiento del postulante en otras compañías; pero la tecnología puesta al servicio del hombre ayuda mucho y permite investigar con precisión la identidad de un individuo. Me parece fundamental contar con un muy buen selector de personal, que no tiene por qué ser psicólogo, que sepa interpretar correctamente algunos factores clave en el postulante como la forma de expresarse, los gestos, las miradas, la manera de sentarse, la predisposición para el trabajo que podría desempeñar. Eso, sumado a las referencias laborales darían el perfil de la persona que se pretende incorporar.
El problema es que no siempre se cuenta con un muy buen selector de personal. Entonces, por allí es indispensable la participación de otros evaluadores que aporten sus puntos de vista, luego de cada entrevista. Cuando esto ocurre, generalmente se demora la inclusión de un nuevo trabajador.
Marcelo Malvestitti
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