Lunes, 5 de octubre de 2015 | Hoy
Evocación
Queremos evocar la figura del polifacético José González Castillo. Poeta del tango, libretista de cine, dramaturgo y director de teatro de explícito compromiso social, se definía a sí mismo como anarquista. González Castillo nació en la ciudad de Rosario el 25 de enero de 1885. Según uno de sus biógrafos: "Entre el centenar de obras de teatro que escribió se destacan El Parque, La mujer de Ulises Luiggi, La serenata, Los invertidos, La mala reputación, escrita en colaboración con José Mazzanti y Los dientes del perro con Alberto T. Weisbach. Escribió tangos muy difundidos luego, como Sobre el pucho (1922), sobre música de Sebastián Piana, Silbando (1923), Griseta (1924) y Organito de la tarde. Impulsor de la Pedagogía Libertaria, fundó en Buenos Aires la Universidad Popular de Boedo, a la que asistieron durante más dos décadas miles de jóvenes provenientes de familias obreras. En la Universidad Popular se enseñaba inglés, pintura, dibujo y se realizaban veladas de teatro social. Años después, en reconocimiento a la figura del iniciador de la Universidad Popular, se le impuso el nombre de José González Castillo a la emblemática esquina de San Juan y Boedo.
El teatro de González Castillo se propuso concientizar acerca de las injusticias sociales, de la opresión de género y de la ideología patriarcal sostén del perverso sistema vigente. En 1905 una compañía integrada por panaderos -gremio en el que estaba difundido el anarquismo- estrenó su primera obra Los rebeldes pero es en 1907 cuando comienza a ser conocido su nombre cuando fue representada Del fango por la compañía de Pepe Podestá en el Teatro Apolo. A dichas obras siguieron otras: Entre bueyes no hay cornadas y El retrato del pibe en 1906, Luigi en 1909 y La telaraña en 1910.
En 1911 viajó a Chile donde realizó una intensa actividad política y escribió La serenata, con la que obtuvo el primer premio en el concurso organizado por el teatro Nacional y que fuera representada ese mismo año. Al regresar a Buenos Aires continuó produciendo obras: El mayor prejuicio (1914), Los invertidos (1915) y El hijo de Agar (1915). Encabezó una compañía tradicionalista que representó Juan Moreira, Santos Vega y Martín Fierro".
La vida de José González Castillo se apagó cuanto sólo tenía 52 años el 22 de octubre de 1937. Su legado ideológico y su intenso accionar sigue siendo un acicate para continuar cuestionando las estructuras del privilegio y la dominación que someten a las personas al sufrimiento y el escarnio de los poderosos.
Carlos A. Solero
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