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Sábado, 19 de marzo de 2016

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El Brasil destituyente

Los miembros del Partido Solidaridad e igualdad repudiamos tanto las marchas organizadas en contra de la presidenta de Brasil Dilma Rousseff, como las denuncias mediáticas y medidas arbitrarias llevadas adelante por la Justicia contra el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Mientras que las movilizaciones son alentadas como parte de la estrategia de los sectores opositores que buscan destituir a la actual mandataria, la causa judicial contra el líder del Partido de los Trabajadores (PT) es una clara maniobra que pretende afectar la buena imagen del líder del e impedir su postulación a las próximas elecciones presidenciales.

Si bien el país vecino sufre una innegable crisis en materia económica y social que está afectando a gran parte de la población, la grave crisis política e institucional viene siendo fogoneada por el arco opositor que reúne a los grupos concentrados de la economía, la Policía Federal, sectores de la derecha brasileña y la corporación político-mediática.

Los que perdieron las elecciones en 2014 contra Rousseff hoy observan con beneplácito y alientan, por pura conveniencia,la movilización de millones de brasileños que reclaman la destitución o renuncia de la jefa de Estado. Hasta sus antiguos aliados políticos, por temor a la opinión pública o a cambio de favores, ya no ven con malos ojos promover el juicio político contra ella en el Congreso.

Como parte de la misma campaña, la ofensiva contra el ex mandatario tuvo su punto más álgido cuando fue trasladado por la fuerza a declarar, a pesar de haber estado siempre a disposición de la justicia y de haber brindado información cada vez que fue requerido. La Fiscalía del estado de Sao Paulo no se privó de nada y lo denunció por lavado de dinero porque se le adjudica un inmueble que ya demostró que no le pertenece a su familia. Todas estas acciones tienen un mismo objetivo: evitar su postulación como candidato en los comicios de 2018 y, por ende, clausurar toda posibilidad de acceder a un nuevo mandato de gobierno.

Frente a este panorama hostil, Lula había aceptado el cargo de ministro jefe de la Casa Civil en el gabinete de Dilma con el fin de lograr recomponer el rumbo en materia económica, tender puentes de acercamiento con los grupos que se han distanciado y lograr desbaratar el plan de desestabilización política que se viene llevando adelante con éxito.

Desde el Partido SI, nos solidarizamos con el PT ante los intentos por criminalizar a sus referentes, sin el debido respeto a sus derechos constitucionales, y denunciamos una avanzada con clara intención destituyente que busca dinamitar la institucionalidad del país vecino con el fin de deponer gobiernos elegidos por la voluntad popular.

Gustavo Gamboa Secretario General Partido SI

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