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La propuesta del presidente Mauricio Macri para que los clubes puedan convertirse en sociedades anónimas atenta contra lo que es nuestra tradición en la creación de estas instituciones. En Argentina se forman jurídicamente como asociaciones civiles, y en realidad expresan organizaciones libres del pueblo. Los clubes en Argentina pertenecen a los socios, que eligen a sus dirigentes y donde nunca se dejó de votar. No es buenos entregarlas a uno o dos dueños, muchas veces personas desconocidas.
Siempre, sea por barrio, por comunidades, grupos de personas resolvieron formar un club buscando un lugar de encuentro para el deporte, pero además para trabajar en formación, contención, prevención e inclusión de las nuevas generaciones. Eso ocurre desde hace más de 100 años, la mitad del tiempo de vida que tenemos como país, y ahora es puesto en peligro.
Somos uno de los pocos países del mundo con esta proliferación de asociaciones civiles preocupadas por una tarea social y educativa enorme, que muchos de ellos se hicieron grandes. Y ahora este modelo de sociedades anónimas viene a buscarlos, para aprovecharse del trabajo de décadas que generó el amor por los colores, una pasión por ellos, y entonces piensan usarlas para generar ganancias.
No debemos, no podemos entregar este patrimonio enorme en formación de personas, en prácticas de disciplinas deportivas diversas.
Esto de las sociedades anónimas está pensado para grandes clubes y de fútbol, donde hay plata en la televisación, el merchandising, las transferencias. Pero participarán solo de las ganancias, nunca de ninguna pérdida, menos que menos de los gastos que demanda el trabajo formativo, ni de ninguna de las actividades sociales que hicieron necesarios a los clubes.
Esto en el fútbol de primera, va resultar atractivo para inversores. Pero nuestros clubes de barrio o de pueblo que trabajan cada día en la contención de niños y jóvenes deben olvidarse de que venga algún privado.
El modelo jurídico no es responsable de ganancias o pérdidas. Clubes exitosos como Barcelona o Real Madrid, son asociaciones civiles similares a las de Argentina; mientras que en nuestro país el anterior intento de privatización fracasó. Fueron las gerenciadoras en los años 90, como bien recordarán los socios y simpatizantes de Racing, que seguramente no olvidan el desastre financiero que dejó Blanquiceleste S.A., donde se enriqueció al gerenciador, quién se fue dejando a la institución con deudas que aún se están pagando".
Debemos juntarnos desde abajo para impedir este nuevo intento de hacer negocios con el deporte. Quieren llevarse por delante años de construcción, de asociaciones, federaciones, ligas, etc.. Desean pasar la espumadera, quedarse con lo mejor y olvidarse del resto. Buscan que les regalen algo extremadamente valioso construido con mares de sudor: el color de la camiseta.
Claudia Giaccone, diputada nacional FJPV
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