Sentencia con claroscuros

El fallo judicial por el secuestro, tortura y asesinato de los militantes Osvaldo Cambiaso y Eduardo Pereyra Rossi produce, por un lado, gran satisfacción en los casos de Oscar Guerrieri, Luis Muñoz, Luis Patti, y Juan Spataro, condenados a perpetua. Por el otro, causó gran indignación las seis absoluciones que recibió el resto de los involucrados, que seguirán detenidos por otras condenas por violaciones a los derechos humanos. Llama la atención que los integrantes de la "patota Guerrieri", Juan Cabrera, Ariel López, Carlos Sfulcini y Walter Pagano, fueron declarados inocentes cuando su jefe fue hallado culpable. Sorprende que para los jueces no se comprobó la responsabilidad del dictador Reynaldo Bignone y del jefe del 2º Cuerpo de Ejército, Rodolfo Rodríguez.

A pesar del sabor amargo, y más allá de que la sentencia será apelada, destacamos la concreción de un nuevo juicio de lesa humanidad, y que se hayan podido lograr estas condenas. Es resultado del trabajo titánico que llevan adelante las organizaciones de derechos humanos en la lucha contra la impunidad.

Los asesinatos de "El viejo" y de "Carlón" se convirtieron en emblemáticos en la historia de esa lucha: porque el secuestro, la tortura y el posterior fusilamiento de los militantes populares fueron cometidos en los momentos finales de la etapa dictatorial. Fue el intento agónico de los represores de sembrar el miedo y de tutelar al inminente gobierno democrático para conseguir su amnistía.

Segundo, porque la detención fue realizada con gran violencia en un bar muy conocido del macrocentro de Rosario, a media mañana y frente a una cantidad de ocasionales testigos que vieron como la patota armada se llevaba a los dirigentes.

Tercero, porque esa misma noche Cambiaso y Pereyra Rossi aparecieron acribillados en Lima, Buenos Aires, "abatidos en un enfrentamiento", según la versión mentirosa del Ministerio del Interior. También porque Patti, responsable confeso de los asesinatos, fue elegido en democracia intendente de Escobar y diputado, aunque no pudo acceder a su banca por "inhabilidad moral".

Cuarto, porque los familiares, las organizaciones y los abogados de Derechos Humanos tuvieron que recorrer un largo y tortuoso camino, de más de 30 años, hasta lograr que se volviera a juzgar a los responsables, ya que en una primera instancia habían sido sobreseídos sin motivo.

Confiamos que a pesar de todo se podrá lograr finalmente hacer justicia en este caso. Esperamos que esta sentencia no esté relacionada con los cambios políticos a nivel nacional y que éstos no conspiren contra la posibilidad de continuar los juicios de lesa humanidad y de lograr definitivamente verdad, memoria y justicia por los 30 mil desaparecidos.

Alicia Gutiérrez, diputada provincial Partido SI