CORREO
Profesora Adriana Cantero: Soy maestra reemplazante y sostén de familia. Trabajo en segundo año, turno mañana, en la escuela Maximio Victoria, de Santa Fe. Mi antigüedad en la docencia es de 23 años, fui maestra rural y alfabetizadora en Entre Ríos. También ejercí la docencia en la provincia de Río Negro. Después, de separé y debí regresar a Santa Fe. Aquí vuelvo a ser maestra reemplazante, esperando como miles de compañeros, durante años, la convocatoria a concurso de ingreso que me permita ser titular.
He implementado muchos proyectos áulicos exitosos, como iniciar la nueva escuela 48 en 1997 o formar con los libros donados por muchos santafesinos la hemeroteca y biblioteca áulica "Nuestros Sueños" en la que los alumnos han leído más de 250 libros anuales. Entiendo que el concurso de ingreso a la docencia debe ser por antecedentes. Hay muchas compañeras en similar situación. No hemos podido ingresar porque no tuvimos la oportunidad. Quedé afuera de concursos anteriores por falta de cargos. Luego, por el azar, no me comprendió la ley de titularización y hoy se piensa en un concurso en el que podemos volver a quedar afuera. Nos dicen: van a tomarnos un examen. Pero, ¿qué mejor examen que estar hoy en las condiciones en que trabajamos al frente del aula? Y sobrevivir. Y seguir ejerciendo la docencia. No sería justo que por no estar bien anímicamente o por cometer un error en una prueba, que cualquiera puede cometer, vuelva a ver postergado nuevamente mi derecho a la estabilidad. Este maltrato y falta de reconocimiento me provoca un grave malestar. En el aula, debemos ser la contención para solucionar diferentes conflictos que viven los alumnos, sin tener el apoyo de ningún profesional sicólogo o sicopedagodo. Los problemas de salud, el desgaste emocional y físico, nos deteriora día a día para poder llevar adelante nuestra tarea educativa. Debería haber un justo reconocimiento económico para que no haya docentes con recursos limitados, ni haciendo dedo en las rutas con el riesgo de perder la vida. ¡Hágalo por la memoria asesinada Daniela Spárvoli! Educar a un niño en valores y conocimiento es formar el futuro hombre de bien, lo que nuestra sociedad actualmente carece. Educar con amor es sembrar en el alma y no entramar una máquina. Es una pena que no se implementen cursos gratuitos de perfeccionamiento en las escuelas, que no se provea de libros y material didáctico, que no se conformen gabinetes sicopedagógicos. Pero, sobre todo, sería una gran pena que no se tomen medidas justas para el sector docente que ha estado mas años postergado.
Marta Gonçálvez
N. de la R: fue leída por la propia autora, en la protesta docente del miércoles pasado, en la plaza de Mayo, frente a la Casa Gris.
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